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Muchas historias han surgido acerca de la singular residencia
Muchas historias han surgido acerca de la singular residencia
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La enorme casa construida en la década de 1970
perteneció al ingeniero Hidalgo, uno de los hijos de Pedro Manuel Arcaya
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La ideó para que fuese un centro de
investigación, sin embargo, el proyecto jamás se concretó y luego de su
fallecimiento el inmueble fue vendido a una empresa de transporte
LUIS AULAR LEAL
Fotos: Orlando Kelis
A pocos metros del Centro Hispano
de Punto Fijo, en la avenida Doña Emilia de la homónima urbanización, se
levanta una gran casa con un singular portal llamada La Villa Gregoriana.
Actualmente es la residencia y estacionamiento de Expresos Occidente en la
localidad, pero su propietario original fue el ingeniero Domingo Hidalgo
Rodríguez, hijo del doctor Pedro Manuel Arcaya.
En la actualidad, muy pocos
habitantes de Punto Fijo saben del origen y el primer propietario de esta
casona. Hidalgo fue uno de los principales herederos de su padre, el doctor
Arcaya, quien además de haber sido una de las figuras más resaltantes del
gobierno del general Juan Vicente Gómez, también era dueño de la posesión de El
Cardón.
Esas tierras constituían lo que hoy
corresponde al suroeste de la ciudad (casi toda la parroquia Carirubana y toda
Punta Cardón) y más allá, hasta el sector Cerro Atravesado.
Los hermanos Pedro Manuel,
Augusto, Arturo y Domingo Hidalgo Rodríguez, hijos del doctor Arcaya con Doña
Emilia Hidalgo, heredaron la mayor parte de esos terrenos. Con la caída del general
Medina en 1945 se generaron despiadados conflictos por tierras, que llegaron al
cobarde y cruel asesinato de Pedro Manuel y Augusto Hidalgo en 1948, hechos
ocurridos en Punto Fijo y Coro respectivamente.
Cuando la situación se calmó, el
doctor Arturo sería el encargado de administrar las tierras, por lo que muchos
documentos de las casas del centro de Punto Fijo dice que “vende el Dr. Arturo
Hidalgo”. Años más tarde este fallece de causas naturales y toda la
responsabilidad de la administración de las tierras cae sobre Domingo.
Quizás por el trágico antecedente
ocurrido con sus hermanos, quienes lo conocieron lo describen como un personaje
“honesto, parco, solitario y extremadamente cuidadoso”, hasta el punto de
aislarse en el mundo de los estudios de las matemáticas aplicadas a la música,
cuestión que quiso promover para lo que construyó la La Villa Gregoriana, mansión
que fue su residencia, en la que se construyeron espacios para ser utilizados
como salones de clases o conferencias.
Estas son las puertas de dos de los salones de clases construidos en la "Villa Gregoriana". Actualmente son dormitorios de los trabajadores de una reconocida empresa de transporte
Por otra parte, Domingo Hidalgo
Rodríguez siempre permaneció pendiente de la administración de sus tierras,
tarea realizada con sumo respeto y cuidado.
El señor Jaime Ferraz, hoy
fallecido, comentó en un foro realizado el 25 de marzo de 1987, que la
construcción del Arco del Progreso Punto Fijo, que hasta hace cuatro años
permaneció al inicio del a avenida Coro de la localidad, fue idea del doctor
Hidalgo, quien además esperaba urbanizar la zona que estaba alrededor de la
estructura. Por muchas razones, ese proyecto tampoco se logró.
El arquitecto Eduardo Mora, quien
además es guitarrista clásico, fue una de las pocas personas (no familiares)
que frecuentó a Hidalgo en los últimos años de su vida. “Era una persona
sumamente culta y preparada, investigador de las matemáticas”. Realizó estudios
de esta ciencia aplicados a la música para los cuales llegó a viajar a Europa,
a contrastarlos personalmente con lo que se conserva de la obra de Platón.
Doctor Pedro Manuel Arcaya, padre del ingeniero Domingo Hidalgo Rodríguez. Abogado, historiador, político y diplomático falconiano. Fue ministro de Relaciones Interiores y Plenipotenciario de Venezuela ante los Estados Unidos de Norteamérica durante le gobierno del general Juan Vicente Gómez
“Él se expresaba con mucho
respeto y admiración de su padre, el doctor Pedro Manuel Arcaya, de quien tenía
un gran retrato al óleo en su despacho de La Villa Gregoriana. Era una oficina al estilo inglés, con alfombra roja y una inmensa biblioteca. Recuerdo
además que a sus casi 90 años el doctor Hidalgo iba y venía de Caracas él solo,
manejando un lujoso Cadillac negro”, comentó Mora.