miércoles, 17 de septiembre de 2014

La Villa Gregoriana, la mansión de Domingo Hidalgo Rodríguez



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           Muchas historias han surgido acerca de la singular residencia

·        La enorme casa construida en la década de 1970 perteneció al ingeniero Hidalgo, uno de los hijos de Pedro Manuel Arcaya

·        La ideó para que fuese un centro de investigación, sin embargo, el proyecto jamás se concretó y luego de su fallecimiento el inmueble fue vendido a una empresa de transporte

LUIS AULAR LEAL
Fotos: Orlando Kelis

A pocos metros del Centro Hispano de Punto Fijo, en la avenida Doña Emilia de la homónima urbanización, se levanta una gran casa con un singular portal llamada La Villa Gregoriana. Actualmente es la residencia y estacionamiento de Expresos Occidente en la localidad, pero su propietario original fue el ingeniero Domingo Hidalgo Rodríguez, hijo del doctor Pedro Manuel Arcaya.


En la actualidad, muy pocos habitantes de Punto Fijo saben del origen y el primer propietario de esta casona. Hidalgo fue uno de los principales herederos de su padre, el doctor Arcaya, quien además de haber sido una de las figuras más resaltantes del gobierno del general Juan Vicente Gómez, también era dueño de la posesión de El Cardón.

Esas tierras constituían lo que hoy corresponde al suroeste de la ciudad (casi toda la parroquia Carirubana y toda Punta Cardón) y más allá, hasta el sector Cerro Atravesado.

Los hermanos Pedro Manuel, Augusto, Arturo y Domingo Hidalgo Rodríguez, hijos del doctor Arcaya con Doña Emilia Hidalgo, heredaron la mayor parte de esos terrenos. Con la caída del general Medina en 1945 se generaron despiadados conflictos por tierras, que llegaron al cobarde y cruel asesinato de Pedro Manuel y Augusto Hidalgo en 1948, hechos ocurridos en Punto Fijo y Coro respectivamente.

Cuando la situación se calmó, el doctor Arturo sería el encargado de administrar las tierras, por lo que muchos documentos de las casas del centro de Punto Fijo dice que “vende el Dr. Arturo Hidalgo”. Años más tarde este fallece de causas naturales y toda la responsabilidad de la administración de las tierras cae sobre Domingo.

Quizás por el trágico antecedente ocurrido con sus hermanos, quienes lo conocieron lo describen como un personaje “honesto, parco, solitario y extremadamente cuidadoso”, hasta el punto de aislarse en el mundo de los estudios de las matemáticas aplicadas a la música, cuestión que quiso promover para lo que construyó la La Villa Gregoriana, mansión que fue su residencia, en la que se construyeron espacios para ser utilizados como salones de clases o conferencias.

Estas son las puertas de dos de los salones de clases construidos en la "Villa Gregoriana". Actualmente son dormitorios de los trabajadores de una reconocida empresa de transporte 

Por otra parte, Domingo Hidalgo Rodríguez siempre permaneció pendiente de la administración de sus tierras, tarea realizada con sumo respeto y cuidado.

El señor Jaime Ferraz, hoy fallecido, comentó en un foro realizado el 25 de marzo de 1987, que la construcción del Arco del Progreso Punto Fijo, que hasta hace cuatro años permaneció al inicio del a avenida Coro de la localidad, fue idea del doctor Hidalgo, quien además esperaba urbanizar la zona que estaba alrededor de la estructura. Por muchas razones, ese proyecto tampoco se logró.

El arquitecto Eduardo Mora, quien además es guitarrista clásico, fue una de las pocas personas (no familiares) que frecuentó a Hidalgo en los últimos años de su vida. “Era una persona sumamente culta y preparada, investigador de las matemáticas”. Realizó estudios de esta ciencia aplicados a la música para los cuales llegó a viajar a Europa, a contrastarlos personalmente con lo que se conserva de la obra de Platón.

Doctor Pedro Manuel Arcaya, padre del ingeniero Domingo Hidalgo Rodríguez. Abogado, historiador, político y diplomático falconiano. Fue ministro de Relaciones Interiores y Plenipotenciario de Venezuela ante los Estados Unidos de Norteamérica durante le gobierno del general Juan Vicente Gómez 

“Él se expresaba con mucho respeto y admiración de su padre, el doctor Pedro Manuel Arcaya, de quien tenía un gran retrato al óleo en su despacho de La Villa Gregoriana. Era una oficina al estilo inglés, con alfombra roja y una inmensa biblioteca. Recuerdo además que a sus casi 90 años el doctor Hidalgo iba y venía de Caracas él solo, manejando un lujoso Cadillac negro”, comentó Mora.

Domingo Hidalgo falleció hace más de 20 años. Al poco tiempo, La Villa Gregoriana fue vendida a Expresos Occidente. En el foro de 1987, tanto el señor Jaime Ferraz como el ingeniero Demetrio Brylkin, calificaron a Domingo Hidalgo Rodríguez como “un visionario que siempre estuvo pendiente de la ciudad, quien siempre apostó al progreso de Punto Fijo”. En las sólidas paredes de La Villa Gregoriana, parecieran permanecer contra el tiempo, la fortaleza y voluntad de Hidalgo.