miércoles, 20 de junio de 2018

Profanan tumbas de don Rafael González y su familia



El sepulcro de quien es considerado el fundador de Punto Fijo fue violentado y saqueado al igual que el de su esposa Leocadia y sus hijos Cornelio “Tom” y Eugenio “Ñeño” González.
·         * La tumba de su nieta María Arévalo González corrió con la misma suerte.
·      *La familia exige celeridad en las investigaciones al Cicpc y solicita ayuda al gobierno municipal.


LUIS AULAR LEAL
Fotos: Raynier Díaz / Archivo Publicado en el diario El Falconiano el 29 de diciembre de 2015.

Don Rafael González ya no tiene su punto fijo. Y Punto Fijo, ha perdido los restos del ciudadano ejemplar, trabajador, honesto y solidario, considerado su fundador. Hace algunos días, allegados a la familia González visitaron el panteón de don Rafael y su familia en el cementerio de Santa Elena, al este de la ciudad. Estupor, indignación y una profunda tristeza los invadió al descubrir que las cinco tumbas de la pequeña parcela habían sido violentamente profanadas y que las osamentas ya no estaban.

Luego de dedicar su vida a organizar la naciente ciudad, lo último que quizás pudo haber imaginado don Rafael González Estaba, es que su sepulcro y los de su familia inmediata serían profanados, ante la aparente indiferencia y abandono colectivo. Según moradores del camposanto “eso tenía meses así”.

Don Rafael González recibiendo la Orden Francisco de Miranda


Los especialistas en genealogía afirman que el apellido más común en Latinoamérica es justamente González, seguido del Pérez; por lo que si algún curioso se acercó a ver los nombres de las tumbas profanadas, difícilmente pudo imaginar que ese era el mismo Rafael González fundador de Punto Fijo y de quien una avenida principal de la ciudad lleva su nombre.

Cinco tumbas sin osamentas

Al llegar al panteón de los González se aprecia una imagen desoladora. Las lápidas fueron aparentemente violentadas con un objeto contundente de mármol y concreto perteneciente a otra tumba. Trozos de cemento y maleza se confunden con los restos de los maltrechos cofres.

Los sepulcros profanados corresponden a don Rafael Natalio González Estaba; doña Leocadia Pulgar de González (su esposa); Cornelio “Tom” y Eugenio “Ñeño” González (hijos del matrimonio González y glorias del deporte falconiano) y María Arévalo González (nieta).

Los cinco sepulcros del panteón de los González fueron profanados
La doctora Graciela González, también nieta de don Rafael, fue informada de la situación y viajó inmediatamente desde Coro, donde reside, hasta Punto Fijo para constatar la penosa situación. Luego notificó a la oficina municipal encargada del mantenimiento y cuidado de los cementerios, quienes hicieron la denuncia respectiva ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

Desde la oficina encargada de los cementerios manifestaron su pena por lo ocurrido y expusieron que lamentablemente esto se ha convertido en una situación frecuente, debido a la cantidad de “brujos y paleros” que practican ciertos cultos en la localidad y que como el caso de su familia, vergonzosamente, hay cientos.

Aparentemente este fue el objeto contundente utilizado para romper las lápidas


Tumbas profanadas de doña Leocadia Pulgar de González (izquierda) y don Rafael González (derecha)

En cuanto al Cicpc, explica la doctora González, indicaron que “no movieran nada ni arreglaran las tumbas” mientras se hacían las experticias, por lo que el panteón aun permanece en ese penoso estado mientras la familia González desconoce si existe algún avance en las investigaciones.

Al consultar a Alcides Goitía, alcalde del Municipio Carirubana sobre la situación el 21 de diciembre (2015), se mostró sorprendido, pues hasta ese momento nadie le había notificado del caso, por lo que se asume esa información tan delicada no pasó de la oficina encargada del mantenimiento de los camposantos a instancias superiores.

Ante tal situación de incertidumbre y la impotencia de ni siquiera poder cubrir las fosas profanadas, la familia González consideró necesario hacer público el caso, para ver si de esta manera se le da más celeridad a la investigación para recuperar los restos de sus parientes y volver a darles cristiana sepultura.

A partir del miércoles 23 de diciembre (2015) el municipio inició gestiones para acelerar la investigación y posterior reparación de las fosas. Se espera una reunión entre la familia González y autoridades municipales para tratar el caso.

Los González y Punto Fijo

La mayor parte de las ciudades de Venezuela deben su nombre a un vocablo aborigen, un santo, un prócer o algún accidente geográfico. El caso de Punto Fijo es distinto, inusual y espontáneo; fue consecuencia del amor entre Leocadia Pulgar y Rafael González. Esta historia puede revivirse en el “punto fijo original”, en la que es considerada la primera casa de la ciudad, al ser la única de las cinco viviendas que aparecen en el primer mapa de “Cerro Arriba” fechado en 1928.

Doña Leocadia Pulgar de González
El inmueble pertenecía a Pedro Yagua y funcionaba como una fonda; especie de posada donde ofrecían comida y techo a quien llegaba a trabajar en la naciente industria petrolera. 

Guillermo de León Calles, cronista de la ciudad, cuenta que Pedro Yagua tenía una hijastra llamada Leocadia Pulgar. De ella se enamoró un joven trabajador de la Mene Grande, nativo de Juan Griego, estado Nueva Esparta: Rafael González.

“Este joven, caporal de la petrolera, respetado por su responsabilidad y puntualidad, los sábados acostumbraba a ir con sus compañeros de trabajo a jugar dominó en un local ubicado en El Tropezón. Cierto día empezó a faltar a la cita. Pompilio Brett, dueño del lugar, notó la ausencia del margariteño y al preguntar por él, los amigos le dijeron que había dejado de acompañarlos porque ahora, en vez de jugar dominó, iba a visitar a su novia en Cerro Arriba, a lo que Brett, en broma respondió: ese ya tiene su punto fijo”, rememora de León Calles.

El punto fijo donde estaba Rafael González, era la casa de Pedro Yagua. Con el tiempo, no solo esa casa, sino todo el sector adoptó el nombre que había nacido de una broma a un amigo enamorado y terminó bautizando al caserío. 

La personalidad proactiva de González, lo llevó a impulsar el ordenamiento la naciente población, la creación de la primera escuela, la plaza y los primeros servicios públicos. Es por ello que se le considera el fundador de la ciudad.  

A la derecha Cornelio “Tom” González, pelotero, locutor y narrador deportivo acompañado de Oswaldo Guillén (en el centro) y Luis Aparicio (a la izquierda)



Eugenio “Ñeño” González, su tumba también fue profanada


Por su parte, Cornelio “Tom” y Eugenio “Neño” González, hijos de esta pareja, fueron glorias del deporte falconiano que merecen incluso un espacio aparte para hablar de su trayectoria. 

Para el profesor Orlando Brett, presidente del Centro de Historia de Paraguaná, cuando se comente semejante crimen contra la familia González, no solo se les agrede a ellos sino al origen e identidad colectiva de la ciudad de Punto Fijo y su herencia histórica. Por lo que solo se puede exigir que se haga justicia.