sábado, 17 de octubre de 2015

Así se rescató el retrato de monseñor Mariano de Talavera




  • Fue pintado en 1911 por el maestro Antonio Herrera Toro y obsequiado a la municipalidad de Coro en el marco del centenario de la Independencia
  • Por décadas no se le realizó mantenimiento preventivo alguno. La mugre lo cubrió casi por completo incluyendo la firma del autor
  • En 1999 el reconocido artista plástico Henry Curiel, con la asesoría de expertos, limpió la obra y demostró su autenticidad. No obstante, el trascendental hallazgo artístico no trascendió a la prensa hasta hoy

LUIS AULAR LEAL
Fotos: Yunio Lugo / José Roberto Lugo

Publicado el 26 de julio de 2015, en la edición especial del diario El Falconiano con motivo del 488 aniversario de Santa Ana de Coro

Monseñor Mariano de Talavera y Garcés, prelado católico nacido en Coro en 1777, fue uno de los próceres locales con más participación en la gesta independentista. Tío materno de Josefa Camejo, obispo auxiliar de Mérida, obispo de Guayana, catedrático, diputado y Presidente al Congreso, llegó a ser catalogado por el Liberador Simón Bolívar como El primer Orador de la Gran Colombia.

No obstante, a pesar de su trayectoria, es extremadamente difícil conseguir iconografía de monseñor Talavera. Quizás los ajetreados años que le tocó vivir, aunado al hecho de tener ocupaciones más importantes que posar ante un pintor, hicieron que sus retratos fueran escasos, elaborados a la carrera y carentes de técnica. Pero hubo una feliz excepción.

Un encargo al maestro Antonio Herrera Toro
En el marco de la celebración del centenario de la Independencia nacional en 1911, el Concejo Municipal del Distrito Heres (Ciudad Bolívar) encargó pintor Antonio Herrera Toro la elaboración de dos retratos de monseñor Mariano de Talavera: uno destinado a dicho ayuntamiento y otro que sería obsequiado a la municipalidad de Coro, ciudad natal del prócer.


Para entonces el gobernador del Estado Bolívar era el falconiano Arístides Tellería y probablemente esta circunstancia instó aquel valioso regalo a la ciudad mariana. El par de obras se elaboraron y efectivamente, una de ellas fue donada a Coro. Sin embargo, el paso de los años, los frecuentemente turbulentos cambios políticos y administrativos, silenciaron la importancia de esta pintura que por décadas estuvo carente de mantenimiento; al punto que casi todo el retrato se cubrió de mugre; ocultando entre muchos otros detalles, la firma del autor.

Años más tarde, en 1999, la intuición artística del reconocido pintor coriano Henry Curiel le permitió apreciar la maestría que se negaba a morir en las pinceladas ocultas bajo los residuos y polvo acumulado sobre el lienzo por casi un siglo. Por tal motivo, le propuso al entonces alcalde Rodolfo “Popo” Barráez restaurar esa y otras pinturas del ayuntamiento mirandino. Ahí comenzó el descubrimiento y lo relata el propio maestro Curiel:

- ¿Cuál fue la propuesta de restauración de las pinturas que le hizo al entonces alcalde Barráez?
- Se habló de la posibilidad de rescatar varias obras que eran parte del patrimonio de la alcaldía, dentro de ellas dos que eran emblemáticas: El retrato de monseñor Talavera y Garcés y el retrato de Ezequiel Zamora. Además de estas también planteé la posibilidad de restaurar un retrato del mariscal Falcón y una obra de mi autoría que también forma parte de la colección del municipio. Las cuatro obras encontraban en el despacho del alcalde.

- ¿En qué condiciones se encontraban las obras?
- Estaban en un estado caótico, machadas de pintura; pero pintura de pared, o sea que le cayó por descuido cuando pintaban las paredes de la alcaldía. También tenían manchas de detergente. Ninguna de las obras estaba identificada. Se sabía que tenían muchos años, pero se desconocía quiénes eran los autores (con la excepción de la cuarta obra, que como comenté era de mí autoría). Es lamentable, pero normalmente en el país muchas dependencias públicas tienen obras de arte valiosas y poco saben sobre los detalles artísticos.



 Henry Curiel, artista plástico: “Cuando comencé la restauración el retrato de monseñor Talavera y Garcés estaba partido, dañado y la mugre no dejaba ver la firma del autor que está en la parte inferior izquierda”

- ¿Dónde y cómo hizo el trabajo de limpieza y restauración?, ¿cuáles materiales utilizó?
- Lo realicé en mi taller con la autorización del municipio. Utilicé unos materiales para limpieza y restauración que me facilitó un amigo Centro de Información y Documentación Nacional de las Artes Plásticas (Cinap). Empecé el trabajo. El retrato de monseñor Talavera y Garcés estaba partido, dañado y la mugre no dejaba ver la firma del autor que está en la parte inferior izquierda.

Comencé a restaurar la pieza de arriba hacia abajo… y empieza a salir la firma: ¡Antonio Herrera Toro, 1911! Se me eriza la piel al recordar la dicha y fortuna de haber descubierto eso.

Detalle de la firma del autor

Probablemente el artista se basó en grabados, retratos anteriores e incluso descripciones de familiares para elaborar la obra.

- ¿Cómo comprobó la autenticidad del retrato?
- Eso es algo muy importante, porque cualquiera pudo escribir allí “Herrera Toro”, por eso sabía que tenía que comprobarlo. Por medio del Cinap contraté a un especialista en museografía y arte llamado Rafael Santaella Calzadilla; esperando que luego de haberse hecho ese trabajo la alcaldía me retribuyera el pago a este especialista, pero eso nunca se materializó. 

Pero en fin… envié fotografías en detalle de la obra y se confirmó que es auténtica, que es la obra obsequiada a Coro por la municipalidad de Ciudad Bolívar en 1911 y que la firma coincide perfectamente con las firma de Herrera Toro en sus otras obras.


Monseñor Mariano de Talavera y Garcés pintado por el maestro Antonio Herrera Toro

Aún tengo en mi poder esa constancia de autenticidad. De igual manera se realizó la investigación con el retrato de Ezequiel Zamora, que resultó de ser obra de un pintor colombiano de apellido Montoya que vino a Venezuela, era retratista. Para eso tuve que hacer contacto con la Galería Nacional de Colombia en Bogotá.

Una pintura de cuerpo completo del general Ezequiel Zamora pintado por Eugenio R. Montoya, también fue restaurado por en aquella ocasión


La información sobre ese trabajo de restauración e investigación nunca salió a la prensa; nunca se hizo público nada sobre el retrato de monseñor Talavera, hasta que en diciembre pasado se publicó en El Falconiano acerca la existencia esta obra y ya que por fin existe interés en el tema, con mucho gusto cuento la historia de ese descubrimiento.

- ¿Cuál fue el paradero de la obras después de la restauración?
- Por su importancia artística y además para que fueran exhibidas al público permanecieron bajo custodia del Museo Arquidiocesano Lucas Guillermo Castillo. Posteriormente a solicitud del siguiente alcalde, Rafael Pineda, vuelven al despacho municipal. Luego Oswaldo Rodríguez León también las conserva en el despacho. En la actual administración quizás por remodelaciones pasaron a un depósito.

Particularmente el retrato de Talavera estuvo un tiempo en la Oficina Municipal de Información. Pero luego de conversar con la esposa del actual alcalde Pablo Acosta y comentarle sobre la importancia de esta pintura, la obra volvió al despacho municipal.



Transcripción del Certificado de autenticidad:

“Caracas, 24 de marzo de 2000

Certificación Valoración Cronológica

Quien suscribe a través de la siguiente certifica y valora el material enviado por el Artista Plástico Henry Curiel, Presiente de la AVAP Falcón desde la ciudad de Coro y por intermedio del Centro de Información y Documentación Nacional de las Artes Plásticas (CINAP) de la Galería de Arte Nacional las siguientes obras: Retrato de Ezequiel Zamora, óleo sobre lienzo fechado el 10 de diciembre de 1896, teniendo por medida 161 x 95 cm, y cuyo autor es Eugenio R. Montoya, nacido en Colombia, esta obra tiene una valoración en el orden de los veinte a los treinta millones de bolívares. Retrato del Obispo Mariano de Talavera y Garcés, óleo sobre lienzo fechado en 1911, teniendo por medida 130 x 97 cm y cuyo autor es Antonio Herrera Toro, nacido en Venezuela. Esta obra tiene una valoración de los treinta y cuarenta millones de bolívares.
Hago constar que analizado la fase de datos y el estudio cronológico de las mismas son originales y las firmas comparadas con las de los autores son auténticas.

Es auténtico.
Rafael Santaella Calzadilla
Licenciado en Gerencia de Investigación y Museografía de Arte

Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA) Capítulo Venezuela”.