jueves, 5 de julio de 2018

Álvaro Pérez Betancourt: “Mi abuelo Rómulo sembró la cultura democrática en Venezuela”

 Un nieto de don Rómulo Betancourt habla sobre la faceta hogareña del dos veces presidente de Venezuela y padre e ideólogo del partido Acción Democrática

LUIS AULAR LEAL
FOTO: ARCHIVO / CORTESÍA ÁLVARO
PÉREZ BETANCOURT / Publicado en el diario El Falconiano el 2 de abril de 2017.

En el jardín de su casa tenía una fuente a la que llegaban pajaritos y les daba de comer. En el solar, improvisó un cine para ver con familiares y amigos, películas de vaqueros y de directores como Felini y Buñuel. Lo acompañaba siempre su fiel amigo Guy, un fox terrier acostumbrado por el amo a tomar agua en la madrugada. En su habitación, alejado de la política y de la guardia civil que lo custodiaba, compartía, cómplice y casi a escondidas, helado de café con sus nietos. “Mi abuelo era muy cariñoso con nosotros, éramos su fascinación”, comenta Álvaro, nieto de don Rómulo Betancourt.

Rómulo Betancourt junto a Raúl Leoni colocan la primera piedra de Ciudad Guayana

Presidente de Venezuela en dos oportunidades, figura clave entre los estudiantes de la Generación del 28 y padre e ideólogo de Acción Democrática, pasó a la historia como un hombre al que le tocó asumir grandes responsabilidades en momentos críticos. Su dureza y persistencia política hicieron que fuera amado por unos y odiado por otros, costo que le tocó pagar para sentar las bases de la democracia venezolana.

Como siempre procuró separar su vida familiar de la pública, poco se sabe del Betancourt humano y hogareño; justamente de esa faceta conversó en entrevista exclusiva para el diario El Falconiano, Álvaro Pérez Betancourt, uno de los cuatro nietos de don Rómulo. 
Álvaro Pérez Betancourt, junto a su madre, doña Virginia 

“Mi abuelo solamente tuvo una hija, mi mamá, Virginia y por lo tanto nosotros somos los únicos nietos”. Los otros son: Sergio Pérez Betancourt, reconocido músico en la década de los 80; Ignacio, que vive en Margarita y Alejandra Pérez Betancourt, que está en Dinamarca.

Entre los cuatro le han dado ocho bisnietos a don Rómulo.

Los 100 años del abuelo Rómulo
Álvaro es documentalista formado en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles. Luego de años en Estados Unidos, regresó a Venezuela en 2008, cuando para el centenario del natalicio de su abuelo trabajaría en el documental Rómulo Betancourt, el Legado Democrático.

- ¿Cómo surge la iniciativa del documental?
- Más allá del afecto que me une a mi abuelo, está la responsabilidad cívica de dar a conocer a las nuevas generaciones su obra en la lucha y consolidación por la democracia en nuestro país. En los últimos años el chavismo ha satanizado cuatro décadas de democracia.

Venezuela tiene una memoria muy corta y este gobierno se ha ocupado de manipular la historia a su conveniencia política, eso es grave, especialmente para los jóvenes e injusto para gente de la generación de mi abuelo, que lucharon tanto por este país y ahora se niega su obra.

- ¿Y el proyecto de libro?
- Tras culminar el proyecto del documental me percaté de que mucha información había quedado fuera de ese trabajo y decidí escribir con la historiadora Claudia González Gamboa, el libro Mi abuelo Rómulo, editado en 2013.

 Presentación del libro en la sede de Acción Democrática 

-¿Qué cuenta en el libro?
- Desde anécdotas y aspectos de su vida familiar, hasta como testimonios sobre su acción política que él nos dejó en cartas hasta ahora inéditas.

-¿Cuál es el recuerdo más remoto que tiene de su abuelo Rómulo?
- Oye, creo que de la casa de Los Núñez, que era la residencia oficial del Presidente y su familia antes que existiera La Casona. Esa casa quedaba en Altamira. Mi abuelo era muy cariñoso con nosotros, era muy distinto al formal Rómulo público, y mi mamá, que fue hija única, era su adoración.

De esa época recuerdo que en su habitación tenía una neverita donde guardaba helado de café; ese espacio personal era uno de los pocos donde no estaba con guardaespaldas -en ese entonces era Presidente en funciones- y nos decía: “ahora viene el helado de café” y comía con nosotros.

Lo recuerdo más de la época cuando regresó de Berna, Suiza, en ese entonces ya no era Presidente y tenía más tiempo para estar con la familia.

- ¿Y él por qué se fue a Suiza?
- Fue una especie de autoexilio político, luego de ser Presidente no quería influir en la política nacional y decidió retirarse, hasta que regresó a Venezuela en la década de los 70.

Luego de regresar al país, ¿dónde vivía su abuelo?
- Fíjate que ahí hay una historia interesante. Mi abuelo no tenía casa en Venezuela y cuando los compañeros del partido se enteran que él iba a regresar deciden colaborar entre varios y regalarle una casa con el aporte de ellos. Él aceptó la propuesta, pero con varias condiciones: Primero: La cuota no podía superar los 5 mil bolívares por persona; segundo: él tenía que saber con antelación quiénes eran los que hacían la donación y tercero: él quería un sitio para vivir y no para recibir gente.

 La pipa se convirtió en un símbolo de Rómulo Betancourt, muchos políticos quisieron imitar ese hábito 

- ¿Cómo era esa casa?
- Relativamente sencilla, acogedora. Ahí mi abuelo instaló y construyó un rincón muy bonito que llamó El Rincón Guatireño; era un saloncito con un rótulo con una pipa y de ahí contemplaba pajaritos que llegan a una fuente y les ponía fruta. Le puso a la casa el nombre de Pacairigua, en homenaje a un río de Guatire donde él se bañaba en su infancia.

Como te dije la casa era modesta; la única cosa extraordinaria que tenía era una pequeña piscina en el patio. Esta se construyó para que él nadara; debía hacerlo por prescripción médica luego del atentado de Los Próceres en 1960.

-¿Algún pasatiempo o hobby?
- Mi abuelo era muy aficionado al cine, veía películas en la casa de Los Núñez, cuando era Presidente. Le interesaban las películas de autor. En Pacairigua creó en un pequeño espacio lo que llamó el Cine Pacairigua donde veía estas películas y también películas de vaqueros como El bueno, el malo y el Feo con Clint Eastwood. La primera película que presentó en Pacairigua fue Doña Flor y sus dos maridos de Jorge Amado.

Algo curioso es que mi abuelo Rómulo para presentar estas películas entre amigos les hacía invitaciones personales y en esa época en broma escribía en las invitaciones: “No se preocupen por los cacos (delincuentes), que tenemos quien nos cuide los carros”, lamentablemente, eso hoy está muy lejos de ser una broma.

- ¿Cuáles eran los directores favoritos de don Rómulo?
- Felini, Buñuel y Kurosawa, también le gustaban las películas cómicas, en especial las de Chaplin y usaba un proyector de 16 mm.

-Volviendo a su libro, ¿cuáles escritos inéditos de su abuelo contiene esa obra?
- Muchos, cartas que hasta ahora eran solo un legado familiar, pero que entendimos que eran un patrimonio histórico nacional y que había que difundir, entre ellos un escrito donde narra la conversación que él estaba teniendo durante el atentado de Los Próceres.

Recordemos que el 24 de junio de 1960, mi abuelo en su condición de Presidente y comandante de las Fuerzas Armadas Nacionales e iba a los próceres a encabezar el desfile militar del Día del Ejército, cuando iban llegando a los próceres estalló un carro bomba y resulta muerto el jefe de la Casa Militar.

Esto lo cuenta mi abuelo en sus memorias, son parte de sus palabras textuales sobre el atentado: “Yo estaba preparado psicológicamente ante la posibilidad de que me hicieran un atentado. En el momento del atentado yo tenía una reflexión, voy conversando y haciendo un chiste con Ramón Armas Pérez, el jefe de la casa militar (…) cuando de repente viene la explosión. Dice Lola la mujer del Ministro de la Defensa, ´yo me fui de cabeza y después me paré y me pasé la mano, estaba incendiado el automóvil porque era dinamita con gelatina inflamable´”.

 Atentando en Los Próceres, 24 de junio de 1960. 

- ¿Cómo logra salvarse don Rómulo de aquel atentado?
- Por obra de Dios y por un error de los conspiradores. La persona que tenía que dar la señal, Cabrera Sifontes, avisó antes de tiempo. Era una señal para que activaran por microondas la dinamita que estaba en un carro estacionado en la entrada de Los Próceres, un Oldsmobile verde.

Como la explosión fue antes, la onda no llegó por completo a mi abuelo, pero tomó la parte delantera del automóvil donde iban el chofer y Armas Pérez que murieron. Mi abuelo que venía atrás abre la manilla al rojo vivo y se quema las manos, además sin ningún tipo de protección apaga la parte delantera donde están otros los pasajeros. Mi abuelo Rómulo se sale del carro y saca a López Enríquez que era uno de sus ministros y a su esposa.

Luego oye los tiros de ametralladora y dice que es él y que no disparen, que es el Presidente y que le acaban de hacer un atentado. 


Al llegar el mayor, hoy general Valmore Rodríguez, lo lleva al Hospital Clínico Universitario donde le hacen el primer tratamiento. Él se niega a recibir anestesia porque no quiere perder contacto con la situación del país y le curan las manos de manera cruenta. Le quitaron la piel quemada y por eso es que le vendan las manos.

- ¿Es cierto que al dar su mensaje al país por radio y televisión le colocaron un traje especial?
- Si, es correcto. Pero antes de dar su mensaje por televisión lo dio por la radio, él no aceptó quedarse hospitalizado y le dijo a quienes lo acompañaban: “Yo me voy a Miraflores esta noche, porque el timonel tiene que estar en el timón”. Era un hombre que tenía muy claro que el país necesitaba saber que alguien estaba al frente.


Para ese momento el ministro de la Defensa, Josué López Henríquez estaba mal herido y mi abuelo dijo: “Si él está herido, entonces el ministro de la defensa soy yo”, y se fue a Miraflores.

- ¿Además de las manos sufrió otro tipo de lesión?
- Si claro, por un tiempo perdió la visión del ojo derecho y el oído de ese mismo lado.

- Ese es el atentado más conocido, pero hubo otros…
- Mi abuelo sufrió varios atentados además de los alzamientos de El Porteñazo y El Carupanazo, pero sin duda el peor de todos fue este, el de Los Próceres, planificado por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo.

Luego del atentado, Venezuela a través de su Presidente hizo valer el derecho interamericano ante la Organización de Estados Americanos, Santo Domingo quedó aislado y se desarrollaron una serie de acontecimientos que derivaron en la caída de una dictadura que tenía 30 años oprimiendo a República Dominicana.

- ¿Por qué tantos atentados contra su abuelo?
- Por su lucha constante contra los regímenes dictatoriales fueran de derecha o de izquierda. Durante su exilio apoyó a los dominicanos que luchaban contra Trujillo y cuando Fidel Castro vino a Venezuela tratando de ganarlo para su causa Rómulo no se dejó engañar.

-¿Cómo fue ese encuentro de su abuelo con Castro Ruz?
- Rómulo manifestó un rechazo enérgico contra la intención de Fidel Castro de establecer un bloque de izquierda radical latinoamericano. Cuando Fidel Castro vino a Venezuela se reúne con Rómulo Betancourt y le dice: “Presidente, préstele 300 millones de dólares al Gobierno de Cuba y entre los dos le haremos una jugada maestra a los gringos”.


Rómulo Betancourt le contestó: “No doctor Castro, por cien razones. La primera es que no hay campanas como le dijo el sacristán al cura; en la tesorería nacional dejaron escasos dineros Pérez Jiménez y su pandilla desfalcadora. Los bolívares salvados de milagro son para atender necesidades de los venezolanos y no para financiar planes de gobiernos ajenos”. Mi abuelo no se dejó engatusar por Fidel Castro.

- A su juicio, ¿cuál fue el mayor logro político de su abuelo?
- Creó junto a muchos otros venezolanos valiosos de su tiempo un sistema político democrático que duró 40 años y que representa en este momento la reserva cívica del país. Llevó con Acción Democrática a los civiles al poder a través del voto. Fue el primer civil electo por el voto en entregar la banda presidencial a otro civil electro por el voto, como lo fue Raúl Leoni.

Toma de posesión de Raúl Leoni, don Rómulo Betancourt le entrega la banda presidencial 

Más allá de Venezuela, su mayor ideal siempre fue la integración, la libertad y la democracia de los países latinoamericanos; por eso siempre condenó los regímenes dictatoriales, tuvo sin lugar a dudas un pensamiento político visionario.

 Rómulo Betancourt en un mitin como presidente de la junta de gobierno (1945 -1948) 

- ¿A qué atribuye ese pensamiento visionario?
- Mi abuelo viene de la Generación del 28 que luchó contra Gómez, que luego participó en la Revolución de octubre, sufrió exilio y luchó contra Pérez Jiménez; le tocó formarse políticamente y así construyó una doctrina democrática para Venezuela.

Rómulo Betancourt, Joaquín Gabaldón Martínez y Jóvito Villalba en la época de la Generación del 28

 -¿Ha leído el libro Conciudadano Betancourt de Antonio Ecarri Bolívar?
- Si claro, es interesante porque él le hace una entrevista imaginaria y se apoyó en dos de los historiadores que más han estudiado el pensamiento político de Rómulo, que son Manuel Caballero y Germán Carrera Damas. Son libros que deberían leer las nuevas generaciones e políticos para saber de dónde venimos.

 Visita a un mercado como Presidente de la República. 

Junto a la pareja presidencial de Estados Unidos de visita en Venezuela, el entonces presidente John Fitzgerald Kennedy y la primera dama Jacqueline Kennedy

-¿Qué recomendación cree que le haría su abuelo a las nuevas generaciones de políticos?
- Que se formen y vean a la política como un servicio público. Además el sostenía que el político debe conocer muy bien tanto la Historia de Venezuela como la Historia Universal. Pero con los políticos jóvenes de Acción Democrática cuenta Octavio Lepage que mi abuelo pasó muchas rabietas.

Decía Lepage: “´Él rompió muchas pipas. (…) cuando alguno de esos muchachos pronunciaba un discurso muy duro Rómulo le daba un carajazo a la mesa con la pipa y rompía la pipa (risas), de modo que él rompió muchas pipas hasta que se nombró una dirección nacional donde no estaban los jóvenes, pero con esa decisión se perdieron del partido jóvenes brillantes como Simón Sáez Mérida, Américo Martín y Gumersindo Rodríguez.

- ¿Qué siente como nieto de Rómulo Betancourt?
- Yo me siento muy orgulloso. Él trascendió las fronteras de su país y tengo que sentirme orgulloso porque en una carta a que le dejó a mi madre escribió esto: “Lo único que quiero dejarte dicho es que tus hijos y los hijos de tus hijos van a sentirse siempre orgulloso de tenerme como su antepasado, no porque fuera un genio, sino un hombre que entendió como obligación y servicio a la actividad pública”. Su herencia fue dignidad y el servicio que va mucho más allá de la riqueza material.

PING PONG
- Rómulo Gallegos
- El mejor escritor que ha tenido Venezuela.

- Andrés Eloy Blanco
- El poeta del pueblo.

-Juan Vicente Gómez
- Una etapa superada y que no se debería repetir jamás.

-Miguel Otero Silva
- Un intelectual, un hombre de medios y periódicos.

-Rafael Caldera
- Uno de los protagonistas de la historia democrática nacional. Aunque en su segundo período fue otra historia…

- Marcos Pérez Jiménez
- Hoy, un mito creado, no es cierto que El Nuevo Ideal Nacional haya construido la Venezuela moderna. Muchas de las cosas que construyó las inició el trienio de Acción Democrática entre 1945 y 1948.

- Carlos Andrés Pérez
- Un demócrata que afrontó todas las dificultades.

-Los 17 años de Chávez y Maduro le han dejado algo positivo al país?
- El chavismo ha sido un gran fracaso desde todo punto de vista y lo que hay creado ha sido odio, destrucción; ha sido un período oscuro lleno de mentiras, falsas promesas y sumisión a Cuba.