lunes, 10 de noviembre de 2014

De Innsbruck a Paraguaná: Los vitrales austríacos de la catedral de Punto Fijo

  • El doctor Gernot Fussenegger, encargado del archivo de la “Tiroler Glasmalerei” (Cristalería Tirolesa), en una entrevista desde Austria ofreció detalles sobre los vitrales que hace más de medio siglo fueron elaborados para proveer de color, arte y luz a la hoy catedral de Nuestra Señora de Coromoto
LUIS AULAR LEAL
Fotos: Juan Carlos Leal y archivo
Publicado en el diario El Falconiano el 10 de noviembre de 2014. 

Hace poco más de un año, este rotativo publi­có un trabajo sobre los vitrales de la catedral de Punto Fijo. Gracias a la gentileza de monseñor Eladio Bedoya, el equipo de reporteros del diario El Falconiano, pudo acceder hasta la parte su­perior del templo y contemplar los ventanales de cerca. En dos de ellos, la firma “Tiroler Glasmale­rei, Innsbruck Austria”, permitió conocer cuál era la casa fabricante.



Meses después se logró contactar a quien dirige la Cristalería Tirolesa actualmente. Se le enviaron algunas fotografías de los vitrales vía in­ternet y confirmó que habían sido elaborados por su empresa. Aún conservan los planos originales para cualquier restauración que fuese necesaria.


La Cristalería Tirolesa (Tiroler Glasmalerei)

Innsbruck es una ciudad ubicada en el valle del río Inn, en el oeste de Austria. Es un lugar milenario que por estar situado entre Alemania e Italia, ha vivido por siglos los embates de la gue­rra, pero también alberga lo mejor del arte europeo y muestra de ello es la Cristalería Tirolesa. “Tene­mos 153 años fabricando vitrales”, explica Natas­ha Mader, actual directora de la empresa.


Paisaje urbano de Innsbruck 

“Para cuando se elaboraron los vitrales de la catedral de Punto Fijo, mi suegro, Konrad Mader, estaba al frente de la compañía. Luego asumió Georg Mader, mi esposo, y tras su fallecimiento en febrero de 2013, me tocó a mí esta responsabi­lidad”. Es la primera mujer que dirige la cristalería desde su fundación.



La Tiroler Glasmalerei Inició labores en 1861 y desde entonces, sus creaciones han ganado fama mundial, siendo reconocidas por el Gobierno austríaco y la Familia Real. Testimonio de ello lo re­presentan al menos dos visitas a sus instalaciones de Francisco José I, emperador de Austria y rey de Hungría. La última de ellas el 13 de agosto de 1881, donde manifestó palabras de aliento e inte­rés en la exportación de los vitrales.


Francisco José I, Emperador de Austria y Rey de HungríaBohemiaCroacia, EslavoniaDalmaciaGalicia y Lodomeria eIliria

Por más de siglo y medio han trabajado el arte sagrado, desarrollando el pluralismo artístico del llamado nuevo arte del siglo XIX. Actualmente, la Cristalería Tirolesa es considerada una de las em­presas más tradicionales de Austria.


Edificio sede de la Cristalería Tirolesa en Innsbruck


Ocho vitrales para la parroquia de Nuestra Señora de Coromoto

"Proclamación de la Virgen María, como Reina del Cielo y la Tierra"


Hace unos 70 años los habitantes del actual centro de Punto Fijo asistían a la celebración de la misa en el lugar donde hoy se levanta la catedral. Era apenas un terreno vacío y el sacerdote oficia­ba la eucaristía en un improvisado altar toscamen­te protegido del sol por una lámina de zinc.

Poco a poco empezó el proyecto de construc­ción del templo. Se levantó gracias a la perseve­rancia de los sacerdotes jesuitas que regentaban la Iglesia en Paraguaná, al aporte de la empresa privada y al esfuerzo muchos ciudadanos anóni­mos.


Templo de Nuestra Señora de Coromoto, la primera imagen corresponden a los años 1949-1950 y la segunda entre 1952 y 1956


El 8 de septiembre de 1951, cuando se cele­braban los 299 años de la primera aparición de la Virgen María al Cacique Coromoto, monse­ñor Francisco José Iturriza Guillén, obispo de la Diócesis de Coro, que para entonces incluía a la península de Paraguaná, consagró la parroquia.

La edificación contaba con ocho grandes ventanales en la parte superior, de dos metros de alto por uno y medio de ancho; cuatro a cada lado, arqueados en su parte superior. Serían des­tinados a igual número de vitrales.

La fabricación  fue encomen­dada a la Cristalería Tirolesa por los sacerdotes jesuitas, y el doctor Gernot Fussenegger, encar­gado del archivo de la empresa muy amablemen­te concedió la siguiente entrevista sobre la elaboración de los mismos:




- ¿Quién fue el autor de los vitrales?
-El señor Josef Widmorse, nacido en 1911, quien falleció a los 80 años, es decir, en 1991. Widmorse fue el artista jefe de la Cristalería Tiro­lesa después de la Segunda Guerra Mundial. Él realizó todos los vitrales, con la excepción del co­rrespondiente a San José y el Niño Jesús, este fue diseñado por un artista de nombre Plattner, del cual no tenemos mayor información.


“San José y el Niño Jesús”, es el único de los vitrales que no es obra de Josef Widmorse. “Su autor fue un artista de apellido Plattner, del cual no tenemos mayor información”,
explica el profesor Fussenegger


- ¿Los diseños originales para la iglesia Coromoto (hoy catedral), eran para los ocho vitrales que existen actualmente o para un nú­mero mayor?
- Correcto, el diseño original para el templo de Nuestra Señora de Coromoto en Punto Fijo, fue de exactamente ocho vitrales.

-¿Fueron elaborados en la propia iglesia o traídos desde Innsbruck?
- Se fabricaron en Innsbruck. Los cuatro pri­meros fueron realizados en 1955, a saber: La Reina de la Compañía de Jesús, La Coronación de la Virgen María como Reina del Cielo y de la Tierra, San José y el Niño Jesús y La Aparición de la Virgen en el Río (al cacique Coromoto).


El Corazón de Jesús y Margarita María Alacoque, uno de los vitrales
ubicados en la pared oeste del templo 

  
Vitral de Nuestra señora de Chiquinquirá.  En esta obra el autor incluyó a la basílica de “La Chinita”, el relámpago del Catatumbo y en la parte inferior el lago de Maracaibo, en el que pueden apreciarse torres petroleras


Los otros cuatro en 1957, es decir: La Últi­ma Cena (inspirada en la obra del pintor venezolano Arturo Michelena), El Corazón de Jesús y Margarita María Alacoque, San Pedro y San Pablo y La Madre de Dios (Nuestra Señora) de Chiquinquirá.



- ¿Quién encargó la elaboración de los vitrales?
- El reverendo padre Miguel Izaguirre, sacerdote jesuita. 


Reverendo padre Juan Miguel Izaguirre, Sacerdote Jesuita. (*) Azcoitia, España (20 de agosto de 1890)  (+) Caracas, Venezuela (9 de septiembre de 1962). Desde el 7 de octubre de 1953 es Superior de la Residencia de Punto Fijo y Párroco de la iglesia de Nuestra señora de Coromoto. En 1961 pasa a Tamare con cargo de Ministro, ecónomo y rector de la iglesia. Información proporcionada por la Compañía de Jesús, con sede en Caracas. 

-¿Cuándo los traen a Venezuela?
- El primer grupo de cuatro vitrales fue enviado a Venezuela el 11 de noviembre de 1955 y los cuatro restantes el 22 de febrero de 1958 respectivamente.

- ¿Cuánto costaron?
- El costo de los ocho vitrales fue de 2.136 dólares estadounidenses.


Cuatro de los ocho ventanales están dedicados a la Virgen María. El primero de ellos es “La Reina de la Compañía de Jesús”, testimonio de la presencia jesuita en Paraguaná y particularmente en la hoy catedral

- ¿La Cristalería Tirolesa ha realizado trabajos para otras iglesias de Venezuela y Latinoamérica?, si es así, por favor nóm­breme algunas.

- Entre 1948 y 1970, la Cristalería Tirole­sa elaboró vitrales para alrededor de 30 igle­sias, escuelas, hospitales y residencias pri­vadas en Venezuela. De esos trabajos ocho fueron para Caracas, dos en Valencia, tres en Maracaibo, dos en Barquisimeto, dos en Los Teques, uno en Acarigua entre otros.



También hemos elaborado trabajos para templos en Argentina, en las localidades de Buenos Aires, San Isidro, San Miguel, La Plata, Lujan, Rosario, Curuzú Cuatiá y Bahía Blanca. Para Uruguay en Montevideo; Perú, en Lima; Colombia, en Bucaramanga; Chile, en Punta Arenas y en Nicaragua, específica­mente los vitrales de la catedral de Managua.

Otro país latinoamericano donde también hemos realizado muchos trabajos es Costa Rica. Entre 1954 y 1970 elaboramos vitrales para unas 20 iglesias de esa nación.


La Última Cena fue inspirada en la obra homónima del pintor venezolano Arturo Michelena. 

Vitral de San Pedro y San Pablo 

- Por el paso del tiempo y también por acción de la delincuencia, algunos vitra­les han sufrido daños. ¿Para restaurarlos tendrían que ser llevados a Austria o se trasladaría a Venezuela un especialista de la cristalería?

- Tendríamos que ver fotografías del es­tado actual de los vitrales, especialmente de las zonas donde han sufrido daños, para de­terminar si es necesario que vaya personal de la empresa hasta Punto Fijo o si las pie­zas estropeadas pueden ser replicadas aquí y luego enviarlas a Venezuela, para sustituirlas por las antiguas.
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Gracias a la apostólica labor de los je­suitas, Punto Fijo cuenta con este invaluable tesoro artístico e histórico, traído desde un leja­no valle en medio de los Alpes hasta el Caribe venezolano. Ahí están los vitrales; resistiendo al paso de los años, el vandalismo y la falta de mantenimiento. Todo parece indicar que valorar y conservar este trozo de Austria en Paraguaná, dependerá de lo que haga o deje de hacer la ac­tual generación.