Los diarios Últimas Noticias, Panorama, Nuevo Día, El
Amanecer y El Falconiano han sido algunas sus casas, sin mencionar su brillante
paso por la radio en Caracas y Falcón
LUIS AULAR LEAL
fotos: ARCHIVO/ Publicado
en el diario El Falconiano el 27 de junio de 2017.
Cumplió su promesa. Franklin Morales, que por cuatro años y
medio estuvo al frente de la dirección del diario El Falconiano, hoy regresa
como entrevistado en el Día Nacional del Periodista. Viene a compartir sus
vivencias con las nuevas generaciones de reporteros y a recordar que pese a la distancia
y océano de por medio, no se desprende de Venezuela.
Desde Madrid, España, donde hoy escribe para la Federación Madrileña
de Beisbol, habló de su niñez y adolescencia y de cómo recibió el ejemplo
periodístico de su padre.
Es oriundo de Las Piedras, poblado pesquero ubicado al
suroeste de la península de Paraguaná, hoy integrado al área metropolitana de
Punto Fijo, a donde llegaron sus abuelos paternos a principios de la
década de 1930.
Se
establecieron en la calle Páez Nº 14, ahí nació su padre, Francisco Morales. “En
esa casa se vendió leña. Mi abuela aprendió a hacer pantalones y camisas,
fluxexitos para niños y hasta remendaba alpargatas”, describe Franklin. A
finales de los 40 su abuelo fue el primero en tener una camioneta en el
poblado, y entre muchos usos, en ella se repartían periódicos y revistas. “En
la casa siempre estaban al día con las noticias y tal vez de allí le nació a mi
padre ese amor por el periodismo que supo transmitirme”.
Las Piedras está separada de la refinería Amuay por una salina cuya inmensidad permite ver al fondo y reflejadas las torres iluminadas de la industria. Según un anónimo norteamericano que trabajó en la Creole, amigo del abogado y escritor Pedro Gamboa Marcano, -quien refería la anécdota- esas luces le recordaban a los rascacielos de Manhattan; en este escenario de contrastes nació Franklin José Morales Martínez.
Su familia se mudó a Caracas cuando él apenas era un niño.
Su padre, el reconocido periodista Francisco Morales, trabajaba en el diario Últimas Noticias y Franklin haría de
esta también su casa, luego de estudiar Comunicación Social en la Universidad Católica
Andrés Bello y de tener un breve paso por el diario Panorama.
- ¿Cómo fue tu niñez y adolescencia?, ¿desde
siempre fuiste deportista?
- Feliz. Sin
lujos, pero también sin carencias, porque tuve la suerte de crecer y formarme
en una Venezuela rica en lo económico y en lo social. Se vivía mejor; y en lo
personal siempre fueron de la mano estudios y deportes. El beisbol, una pasión
y una ilusión. Quise ser grandesliga, pero aunque mis “manos” (así se le llama
a la defensiva) eran prodigiosas, mi bate era negligente, la gran traba para
subir.
-¿Más paraguanero o más caraqueño?
- En este caso, solo en este caso, defiendo la poligamia. Amo
tanto a Paraguaná como a Caracas.
-¿Qué te gusta más de Caracas?
- De la que conocí, que tenía baja criminalidad, museos,
gastronomía, deporte, cultura, una vida urbana moderna, espacio para todos. Mi
debilidad era la calidad de las arepas, especialmente la de Reina Pepeada. La
Caracas de hoy está totalmente trastocada. Ahí estaba el botín y ha sido saqueada.
-¿Y de Paraguaná?
- Su gente. La confraternidad y la lealtad del paraguanero, no
la he visto tan acentuada en ningún otro lugar del mundo.
-¿Por qué Periodismo
y no Derecho como tu mamá?
- También intenté en el Derecho. Estudié las dos carreras al
mismo tiempo; incluso en la abogacía aprobé el primer año (hasta con buenas
calificaciones), pero no era lo mío. Finalizado ese primer año me di cuenta que
iba a ser muy mal abogado, y desistí.
-¿A cuáles docentes recuerdas de la UCAB?
- A todos.
Algunos, hoy amigos: Emilio Píriz Pérez,
José Visconti, Cristóbal Guerra.
- ¿Cuándo pisaste un periódico por primera vez?
- A principio de los 70 ya mi padre trabajaba en Últimas Noticias. Ya sabes las muchas
horas que un periodista pasa en una sala de redacción, por lo que no era
extraño que casi a diario fuéramos hasta la Torre de La Prensa, en la avenida Panteón, antigua sede de la Cadena
Capriles. Allí por primera vez escuché el múltiple repiqueteo de las máquinas de
escribir, esa música para mis oídos.
Torre La Prensa, Cadena Capriles
- ¿Qué fue lo primero que escribiste para la prensa?
- Cuando comenzaban a tener coherencia mis escritos, a
mediados de los 80, la revista Hipódromo
me concedió una columna semanal que se llamaba Ventana Hípica. Y hacía resúmenes mensuales de deportes para la
revista Élite. Hoy quisiera leer
aquello, pero no conservo ninguna edición.
-¿Cómo llegas a Últimas Noticias?
- Mi primer
“periódico grande” fue Panorama. Tuve la suerte de escribir algunas cosas que
gustaron. Francisco Mayorga, Germán Ruíz y Manuel Rojas me ficharon para las
Grandes Ligas. Luego vendría Últimas
Noticias que para entonces era líder en ventas y en el tiraje casi
duplicaba a El Nacional y Meridiano
que le escoltaban.
-¿Cuáles fueron las primeras
responsabilidades que te tocó asumir?
- Comencé como
reportero, pero en menos de un año ya asumía guardias nocturnas de cierre y
maneaba el espacio. Formé parte del equipo que decidía qué se publicaba, dónde
y conque jerarquía. Fueron años de entrega, llegaba al diario a las 9:00 de la
mañana y nunca regresaba a casa antes de la medianoche.
-¿Tu primera entrevista?
- De las trascendentales, al presidente Lusinchi. Por primera
vez me recibieron en Miraflores, donde luego también entrevisté a Rafael Caldera.
Aunque pertenecía a la redacción de deportes, a menudo era “bateador emergente”
en información general. Y una fija en operativos de elecciones.
-¿Cuál ha sido tu entrevistado más difícil?
- No recuerdo
a alguien especialmente difícil. Siempre he tenido el respeto de indagar bien
sobre la vida de mi entrevistado. Y cuando uno sabe bien de quién se trata,
difícilmente se te “empastele” una entrevista. Por cierto, una confesión, me
saca de quicio ver a un periodista improvisado cuando le pregunta el nombre y
cargo a un entrevistado.
- ¿Cuál fue el grandesliga latino que no te
quiso dar una entrevista porque no se la ibas a hacer en inglés?
- Me da cierta
pena recordarlo, porque hoy en día Rod Carew sufre las consecuencias de la
muerte trágica de una hija y está convaleciente por una operación de corazón
que duró 18 horas. Pero yo entrevistaba (en inglés) a Joe Mauer que era cátcher
de Minnesota; al terminar intenté con Carew, en español, y me dijo que solo
concedía entrevistas en inglés. Yo le dije: “pero si usted es panameño, ¿qué
sentido tiene hablar en inglés?”. Él
insistió y lo mandé al carajo en perfecto castellano.
- Al estar en Caracas te tocó estar muy
cerca del poder, ¿alguna anécdota con políticos reconocidos de aquella época?
- Claudio
Fermín, cuando era alcalde de Caracas, estableció una hora tope para expender y
consumir licor, creo que era la 1:00 a.m. Una vez compartimos unas copas y
salimos del lugar, un restaurante en El Paraíso que se llamaba Sr. González. Salimos “alegres” más allá
de las 2:00 am, y al despedirme le dije: “Muy buenos los tragos y la
conversación, alcalde, pero la ley debe entrar por casa”.
-¿Hasta qué punto tenía poder la prensa en
esa época?
- Mucho. Últimas Noticias tenía mucha fuerza por
aquellos años, principios de los 90. En una oportunidad estaba en la oficina de
Miguel Ángel Capriles, el propietario y presidente del periódico, cuando la
secretaria le anunció una llamada del Presidente, a lo que él contestó: “dile
que no estoy”… Yo le pregunté que de qué Presidente hablaba Miriam… y me
respondió: “de Caldera, el Presidente de la República… que me llame después”.
- Conociste a Oscar Yanes, el “Chivo Negro”… ¿Te contó la
historia del “violador imaginario”?
- ¡Ja, ja, ja! José Campos Suárez, gran periodista de sucesos
que hizo famosa la coletilla en Radio
Rumbos de “El Crimen No Paga”, en una antigua travesura de la profesión
había inventado un delincuente. Era un supuesto violador, El Monstruo de La Vega. Y a “Chivo Negro” le reclamaban que no
escribía sobre ese azote.


Hasta que un día Yanes se inventó que una comisión de la
policía capturaba al violador. Y llamó a Campos Suárez, y le dijo: “¡Te acabo
de meter preso al Monstruo de La Vega,
a ver si dejas la vaina de una buena
vez”!
-¿Qué puedes contar sobre cuando abriste Últimas Noticias con la noticia de la
muerte de “Cantinflas”?
- Era abril del 93, yo estaba de guardia y por disciplina antes
de apagar la redacción, echaba un vistazo a los cables de información internacional.
Ya era poco más de la 1:00 a.m. y noto que había un avance sobre la muerte de
Cantinflas. No teníamos celulares y aunque todos los cambios debían ser
consultados, por la hora mandé a parar la impresión de la edición y cambié la primera
página siguiendo mi instinto.
A la mañana siguiente me esperaban en presidencia… y no fue
para halarme las orejas, sino para felicitarme por la decisión, Últimas Noticias fue el único diario en
publicar tan lamentable pérdida para el cine latinoamericano.
- Háblame sobre tu primer día como corresponsal del diario Panorama en Caracas… en febrero de 1989.
- Primer día de trabajo. Lunes 27 de febrero, iniciaba como
reportero deportivo y estalla el Caracazo.
Mi jefe en la corresponsalía de Caracas era Gustavo Salom, quien me dijo: “A la
calle, olvídate de los deportes y demuéstrame de qué estás hecho”.
Junto a Iván Aponte, gran reportero gráfico, tuvimos cinco
días sin regresar a casa. Dormíamos a ratos en la misma redacción y nuestra cobertura
fue una joya. Ganamos un premio que entregaba el diario Panorama y por primera vez lo mereció un equipo distinto al que
trabajaba en Maracaibo.
- ¿Es comparable la libertad de prensa de antes con la de
hoy?
- La dificultad recae en que el país padece un daño terrible
y está excesivamente polarizado. Eso coloca al periodista en una incómoda posición,
ante una vehemencia que hace creer que todo lo que se escribe a favor de un
grupo, se hace agrediendo al otro. Y en esa misma posición están los editores, casi
forzados a estar en alguna de las dos aceras. La libertad de prensa de antes se
ejercía plena y los diarios tenían lectores. Hoy en día el medio que no la
ejerce plena, tendrá solo militantes.
- ¿Por qué regresas a Falcón?
- Creo que fundí el motor de aquel joven que quería comerse
el mundo. Ya estaba casado y mi hija mayor, Mariana, venía en camino. Quise
darle paz, más tiempo y calidad de vida. Y mudamos nuestros planes para mi amado
Falcón.
- ¿Cómo fue tu paso por los diarios Nuevo Día y El Amanecer?
- Nuevo Día, una
sensación fabulosa. Ayudar en la creación de aquella criatura y verla crecer
fuerte, fue grato. Me despedí cuando ya caminaba solo y firme. El Amanecer; grandes planes y por momentos hicimos un gran periódico. Pero es difícil hacer pan sin tener horno.
-¿Siempre has tenido la costumbre de escribir con música o
cantar en la redacción?
- Es que Últimas
Noticias me dejó muchos hábitos (podríamos llamarlos vicios). Nos acostumbramos
a producir en una sala común en la que repiqueteaban al unísono las máquinas de
más de 20 periodistas. Mientras escribíamos, otros reían, contaban anécdotas
del día. El “Bachaco” Conde cantaba algo de Javier Solís (muy bien por cierto)…
en fin. El silencio que ahora muchos exigen, no está en el ADN de los que somos
más antiguos.
- Cuando murió Juan Gabriel hiciste una
consulta en la redacción de El Falconiano
sobre cuál era la canción que más recordaban del Divo de Juárez… ¿Cuál fue la respuesta?
- Por
unanimidad: No tengo dinero. Los
bolsillos vacíos también están en el ADN de los periodistas, en los de antes y
los de ahora.
- Y hablando de El
Falconiano… ¿Cuándo aparece en tu camino este periódico?
- El Falconiano había
sido adquirido por nuevos propietarios y querían potenciarlo. Me buscaron y me
dieron la responsabilidad de llevar las riendas. Y el diario que con orgullo
lleva el gentilicio más hermoso del mundo, se levantó con fuerza.
No han sido días fáciles, pero vendrán tiempos mejores y
para ello las bases del diario ya están preparadas. De El Falconiano guardo
el mejor de los recuerdos. De cada compañero, aunque la lista es larga.
Aunque la resolución de la foto no es la mejor, esta es la imagen de la despedida de Franklin Morales de El Falconiano, cuando decidió emprender rumbo a España
Aunque la resolución de la foto no es la mejor, esta es la imagen de la despedida de Franklin Morales de El Falconiano, cuando decidió emprender rumbo a España
- Ahora
que estás en España, ¿cómo comparas la prensa venezolana con la europea?
- Básicamente
aquí la libertad de prensa es ejercida por los ciudadanos como debe ser. Me
refiero a la libertad de declarar, aquí todo el mundo habla ante los medios. Aquí
los periodistas indagaron sobre Ignacio González, reciente expresidente de la
Comunidad de Madrid, y salió en prensa y televisión esposado y preso. Allá,
lamentablemente, todos los funcionarios tienen miedo y nadie está autorizado a
declarar. Que sepan los lectores que no somos los periodistas quienes guardamos
silencio.
-¿En el ámbito familiar, ¿cómo ha sido tu llegada a España?
- En Venezuela las condiciones no estaban dadas para algunas
aspiraciones y proyectos de mis hijas. Tenía algunas obligaciones morales con
ellas y surgieron ofrecimientos que nos han hecho cruzar el charco. Estar hoy
en España nos ha regresado a aquella Caracas de hace 40 años, donde había
espacio para todos y una enorme calidad de vida. En lo personal estoy
escribiendo algunas cosas interesantes para la Federación Madrileña de Beisbol
y hay muchos planes por ejecutar.
Junto a sus hijas Luciana, Fabiana y Mariana. Al fondo, el Palacio Real de Madrid
- Periodísticamente, ¿cómo se ve la situación de Venezuela
desde España?
- Tensa. Se escucha mucho la voz de la oposición y un poco menos
la del Gobierno. Preocupa enormemente la falta de alimentos y medicinas… y
alarma el número de muchachos muertos en las protestas.
- ¿Cuándo aparece Tibisay Francisco en tu vida?, ¿qué te atrapó
de ella?
- En el año 93, yo era jefe de fin de semana en Últimas Noticias y ella le hizo una
suplencia a Rafael “Parapara” García. Me cumplió muy bien las pautas y era
demasiado linda ante tanto feo que me rodeaba…
- ¿Cómo y cuándo le pediste matrimonio?
- Ella trabajaba en El
Mundo, un piso más arriba que Últimas
Noticias. Le llegué con el anillo y ya
en febrero del 94 éramos marido y
mujer.
-¿Cómo llega
el primer bebé?
-Mariana, Fabiana y la “Uchi” (Luciana)… ¿Qué representan para
ti?
- Mis hijas, mi vida, mi orgullo. Han sido mi mejor pauta.
- ¿Alguna ha querido estudiar periodismo?
- Mariana es
ingeniera, Fabiana se inclina por la Medicina y la Uchi (Luciana) tiene planes
de estudiar para chef.
Familia Morales Francisco en Madrid, España.
- No obstante, Mariana tiene conocimientos
en periodismo deportivo que muchos envidiarían…
- Es que
creció oyéndome y oyendo a su madre. Creció entre libros, puntos, carreras y
goles.
- Volviendo al plano profesional, ¿cuáles deben ser las características
de un buen periodista?
- La primera exigencia es la vocación, luego diría que debe cultivar
y buscar la verdad, como atributo personal y profesional. La verdad es la
bandera del buen periodista.
-¿Y el peor defecto?
- Dar por cierta una sola versión, no cotejar la
información. También la autocensura es una deficiencia grave.
- Freud dijo que las palabras eran “un
plástico material con el que se puede hacer de todo”, ¿eso aplica al
periodismo?
- La ética para
mi es una barrera de respeto. Y es una de las armas para evitar lo que decía
Freud, porque un periodista que utilice las palabras para embestir, puede realmente
hacer daños irreparables.
- ¿Cuáles periodistas han sido ejemplos para ti?
- La lista es larga, porque se aprende de cada compañero. Mi
padre fue un ejemplo, también Francisco Mayorga, Raúl Hernández, Alberto
Hidalgo Sucre, Herman Ettedgui, Salomón Escalona…
- Contrastes entre el periodismo de hace 30
años y el de ahora…
- Resumiría
que el de ahora se ha acomodado a hacer poco y siempre lo mismo. Eso convierte la
profesión en rutinaria y aburrida. Eso mata la pasión que es el maná de nuestra
vocación…
¿A qué debe ser fiel
un periodista?
- A la verdad.
- ¿Y a los Tiburones de La Guaira?
- Creo que los Tiburones son una prueba de fidelidad que nos
ha puesto Dios. Llevamos años soportando derrotas y burlas. Cuando veas un
fanático de La Guaira, verás un reflejo de dignidad y amor propio. Somos los
mejores.
-¿Qué tan importante son los premios para un periodista? ¿Son
necesarios?
- “¡Qué bien escribiste esa crónica!”. “¡Me encantó la
entrevista!”. “¡Escribes muy bien!”, cuando te digan eso tus compañeros, en la
calle, sin tener que recortar tus escritos, sin tocarle la puerta a nadie para
que te premie, habrás recibido la mejor gratificación. Hoy en día, ante la
polarización política que tanto daño nos ha hecho, hay “premios” que se acercan
más a una deshonra.
-Los cinco libros que debe leer todo periodista…
- Entrevista con
la historia, de Oriana Fallaci; A sangre fría, de
Truman Capote; El nuevo periodismo, de Tom Wolfe; Reportaje al pie de la
horca, de Julius Fucik; y Las venas abiertas de América Latina,
de Eduardo Galeano.
Franklin
Morales en la radio
- También te has dedicado al periodismo
radial y a la locución… ¿Cómo comienza esa pasión por la radio?
- Empecé, para
probar, haciendo pases para un programa del fallecido y recordado periodista
Guillermo Vilchez, en Radio Continente.
Después asumí un segmento en un famoso programa que se hacía en La Guaira, de
Enrique Pietri, donde hablaba de deportes. De allí tuve un espacio propio en Radio Sensación, Radio Deportes… pasé
por la televisión.
Tuve una
incursión de un año en Radio Caracas
Televisión en 1990. En Venezolana de
Televisión, conduje Deporte Total,
que era un maratón de cinco horas los domingos; y durante el beisbol
profesional, hacía otro que se llamó En
la Pelota…en fin, la carrera ha sido tan larga como apasionante.
- ¿Cuáles emisoras y los programas radiales
a lo largo de tu carrera recuerdas de manera particular?
- En Falcón
comencé en Pop (hoy Festiva) con Ana
Sofía Ocando, un espacio que se llamó Rompiendo
el Sueño; en J.98 hice Buenos Días en Su Dial durante seis o
siete años; en La Romántica hice Desde Muy Temprano; luego en Jardín (Hit 90.7) La Voz de la Noticia.
También hice algunas cositas menores en Falconía…
Franklin Morales en su paso por La Romántica 90.3 FM del Circuito FM Center, junto al recordado locutor Rogelio Lugo Villa quien era el director de la estación
- Características que debe tener un periodista
radial e incluso un locutor…
- Cuando
escribes, puedes corregir, borrar y mejorar. La radio no permite libertades, es
inmediata y requiere de gran cultura, si es que quieres ser respetuoso con el
oficio y con el oyente. Es un deber mantener la credibilidad y preservar el
renombre del medio de comunicación.
- ¿Qué opinas de la radio actual?
-
Lamentablemente ha caído en manos de mediocres, incapaces e improvisados. No me
refiero a Falcón, en toda Venezuela, hay locutores que rayan en la vergüenza.
Tal vez por eso surgió el “Chunior” de Emilio Lovera. Personajes que engolan la
voz y son ametralladoras de disparates. Muchos de los que hoy son “voice over”,
en el pasado no hubiesen servido ni para llevarnos el café. Hay que rescatar el
poder de la radio informativa, educativa, es urgente detener al reggaeton y sus
secuelas.
- Un consejo a para las nuevas generaciones
de la radio…
- Leer mucho.
Culturizarse. Cuando se adquieren conocimientos, las palabras adecuadas afloran
con naturalidad.
- Tus más grandes maestros…
- Mis padres.
- Tus discípulos más recordados…
- Rafael Vielma, que ya tiene una pila de años en Últimas Noticias, Heberto León Bermúdez,
Nathalie Romero, Mayra Mendoza y Luis Guillermo Aular Leal.
-Tu mayor virtud y el más grande defecto…
- Paso… (Soy muy malo para valorarme)
- Tu escritor latinoamericano predilecto
- Eduardo Galeano escribía como los ángeles. Lástima de sus
inclinaciones comunistas, socialistas. Los defendía, aún a sabiendas de su
fracaso.
- ¿El café en un periódico sabe “distinto” al de otros
lugares de trabajo?
- Más que su sabor, el café ordena las ideas y es, como el
recreo en el colegio, una oportunidad para pasarla bien por un ratico y
socializar con tus compañeros.
- Tu canción preferida…
- Vuelve la poligamia. Amo varias por
igual, Rapsodia Bohemia, de Queen; Sabor a Mí por Los Panchos;
De Repente, de Aldemaro Romero…
son muchas.
-¿Alguna superstición periodística o ritual?
- Antes de publicar algo escrito por mí, alguien de mi confianza
debe leerlo.
- Carlos
Alberto Hidalgo
- Mi compadre, un competidor con
clase. El mejor pelotero, jugador de dominó, el mejor periodista, el mejor amigo.
- Sofía Imber
- Al día siguiente que se suicidó su
esposo, llegó puntual a hacer una
entrevista. Gran entrevistadora
que anteponía el periodismo a todo.
- Milagros Socorro
- La mejor periodista maracucha que he conocido.
- César Miguel
Rondón
- Sobriedad y serenidad, aun relatando una tragedia.
- Héctor Cordido
- Gran numerólogo, un trabajador incansable.
- Eduardo Rodríguez
- ¿Se habrá equivocado alguna vez frente a la cámara o el
micrófono? Grandes recuerdos de él y su padre José Luis, muy buenos hípicos ambos.
-Miguel Ángel
Capriles
- Una máquina de producir ideas y dinero.
- Salomón Escalona
- Si existe la reencarnación, renacerá y volverá a ser
periodista. Respetuoso con la profesión. Un ejemplo.
- Carolina
Sánchez
- Se cuentan con una mano las periodistas de su capacidad en
Venezuela. Buena, buena.
- Heberto León
- Una referencia del periodismo deportivo en Falcón. Lo
conocen más que el Papa. Hombre de buenos sentimientos.
- Yunio Lugo
- El mejor reportero gráfico de Falcón en
su historia.
- Rogelio Lugo Villa
- Un locutor maravilloso que en su afán
de mejorar se hizo periodista,
aunque nunca dejó de ser
locutor.
-Edgar Lugo Yamarte
- Errar es de humanos, rectificar de
sabios. Edgar es un sabio.
- Últimas Noticias
- Fue una escuela. Hoy un adefesio de aquello.
- El Nacional
-El último de los Mohicanos.
- El Falconiano
- También anda por Madrid. Me lo traje en el corazón.