jueves, 5 de julio de 2018

Monseñor Mariano Parra: “Vengo a Coro como un servidor de la obra de Dios”


LUIS AULAR LEAL
Foto: Archivo/ Publicado en el diario El Falconiano el 25 de octubre de 2016. 

Nació con nombre de obispo y decidió dedicar su vida al sacerdocio tras asistir a una convivencia vocacional por sugerencia de un amigo, el para entonces joven seminarista Roberto Lückert León, a quien hoy, “por la Gracia de Dios”, como comenta, sucederá como segundo arzobispo metropolitano de Coro, algo difícil de imaginar hace más de 50 años.

Monseñor Mariano Parra Sandoval, designado por su santidad el papa Francisco como segundo arzobispo metropolitano de Coro, ofreció detalles sobre su nombramiento y las expectativas que tiene como nuevo pastor de la feligresía coriana, cuyas riendas asumirá hoy en la catedral de la Ciudad Mariana.

-¿Cuándo le informaron de su nombramiento?
– El 24 de septiembre, aunque desde hace algún tiempo se escuchaban rumores sobre un probable nombramiento, pero como no acostumbro dar crédito a supuestos, sino en hechos concretos, de algún modo fue una sorpresa. Siempre se nos informa de este tipo de nombramientos un mes antes de hacerlo público, es decir se me informó un mes antes del 24 de octubre.

– ¿Cómo se siente al saber que viene desde Ciudad Guayana a Coro, es decir, al otro extremo del país?
– Estoy muy contento, porque la Arquidiócesis de Coro viene de ser la diócesis más antigua creada en Venezuela y tengo entendido que también en tierra firme suramericana; es una diócesis que ha tenido grandes obispos a quienes tendré la inmensa responsabilidad de suceder, cuestión que me llena de alegría.

Escudo episcopal de monseñor Parra Sandoval

– ¿Tenemos entendido que usted es muy cercano a monseñor Lückert?
– Es cierto. Tanto así que el monseñor Lückert -que también es marabino- fue quien convenció a mi mamá para que me dejara ir a una convivencia vocacional y de ahí decidí ingresar al seminario. Es un gran amigo de toda la vida.

– ¿Qué sabe de los obispos que le han precedido?
– Siento una gran responsabilidad, porque me va a tocar suceder a cuatro grandes obispos de la hoy Arquidiócesis de Coro: Lucas Guillermo Castillo; monseñorFrancisco José Iturriza, a quien tuve oportunidad de conocer, al que Coro y todo Falcón le deben muchísimo, por su esfuerzo y trabajo apostólico en el estado; luego monseñor Ovidio que fue mi profesor en el seminario y naturalmente pienso en el compromiso de continuar la obra de mi gran amigo monseñor Roberto Lückert.


– Otro zuliano será arzobispo de Coro…
– Dios es quien escribe la historia de la humanidad, y hoy ha querido que otro marabino sea el segundo arzobispo de Coro.

– ¿Será por intercesión de “La Chinita”?
Es posible… como zuliano tengo una profunda devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá y también me alegré mucho al saber que la patrona de la Arquidiócesis de Coro es Nuestra Señora de Guadalupe, que es también la Patrona de América.

-¿Conoce Falcón?
– Más teóricamente que en la práctica, porque he estado en Falcón por estadías muy cortas, de apenas uno o dos días, por eso tengo deseos de conocer a la arquidiócesis a profundidad.

-¿Por qué tomará posesión el 14 de enero?
- El 14 de enero es el Día de la Divina Pastora y además coincide con el aniversario de la muerte del monseñor Iturriza. Mi intención es oficiar misa el domingo 15 en el Santuario Mariano de Nuestra Señora de Guadalupe en El Carrizal.

– Su nombre coincide con el de un célebre obispo coriano, el monseñor Mariano de Talavera, quien curiosamente fue obispo de Guayana y ahora viene usted de Ciudad Guayana a Coro… ¿Qué opina de esa coincidencia?
– Oye así es, de verdad, no había pensado en esa coincidencia histórica pero me alegro que sea así.

-Como sabe, monseñor Lückert es muy dado a la comunicación, ¿cómo se lleva usted con los periodistas?
– Le tengo mucho cariño a los comunicadores sociales y así como espero contar con ustedes, contarán ustedes conmigo en todo momento.

– ¿Cuál es su mensaje a la feligresía coriana?


– Vengo con mucho entusiasmo, y a hacer honor al lema de mi escudo episcopal, que reza: “No vine a ser servido, sino a servir”, caminaré con la feligresía coriana; iré delante de las ovejas, en medio del rebaño y detrás del rebaño, para llevar el mensaje de justicia, amor, paz concordia entre hermanos.