sábado, 17 de octubre de 2015

El pasado revive en la Fundación Historiador Carlos González Batista



  • La institición busca promover la obra del recordado académico quien fue ferviente defensor de la conservación de la historia falconiana y es considerado uno de los padres de la inclusión de Coro y La Vela en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco

LUIS AULAR LEAL
Fotos: Yunio Lugo y Fernando Acosta

Publicado el 26 de julio de 2015, en la edición especial del diario El Falconiano con motivo del 488 aniversario de Santa Ana de Coro

Desde el 21 de enero inició oficialmente su actividad la Fundación Historiador Carlos González Batista, en la casa más antigua de la zona Unesco, que perteneció al médico paraguanero Víctor Raúl Soto. En ese lugar transcurrió buena parte la vida del profesor González Batista, quien una vez egresado de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes, dedicó su vida a la investigación de la historia falconiana con especial énfasis en Coro y su relación con las Antillas.

Tras su repentino fallecimiento, la histórica casa pasó a ser la sede de esta institución que se muestra al servicio de la investigación histórica y la preservación del legado de tan insigne académico. María Alejandra Páez González, especialista en Historia del Arte y sobrina del historiador, preside la fundación.

 María Alejandra Páez González

Explica que su tío dejó muchas obras inconclusas. La mayor parte de ellas siguen la línea de investigación colonial, así como la vida de la población judía en el estado y el patrimonio de los templos de la región. Esperan poder publicar estas obras inéditas y reeditar otras muy solicitadas por los investigadores de la historia regional.

La sede de la fundación
Es una residencia de siglo XVIII, hasta donde se tiene conocimiento la más antigua de las existentes en la Zona Unesco de Coro. Fue adquirida por el historiador en la década de 1980 y hasta sus últimos días se mostró extremadamente celoso en el cuidado y mantenimiento del inmueble, velando porque este fuese hecho por maestros artesanos del barro como Chucho Coello y Tadeo Revilla y siempre con las técnicas originales.


“Es una casa museo abierta al público, tenemos una colección de herrajes de puertas, y tallas. Actualmente estamos trabajando con pasantes de la Universidad Francisco de Miranda de la carrera de Restauración y Conservación, estableciendo un enlace entre la academia y a la historia que es uno de los principales objetivos de la fundación”, explica Páez González.


En los salones blanco y azul puede apreciarse un mobiliario colonial, armarios mesas y juegos de recibo de los siglos XVIII y XIX, fundamentalmente de origen holandés. A esta colección se le agregan un conjunto de obras del pintor Mario Darío Lunar.

La biblioteca
Cuenta con alrededor de 1.500 títulos con información especializada en historia colonial de Falcón. “Como es una biblioteca de estantería abierta, el investigador nos avisa cuando puede venir y le damos una asesoría personalizada. Por ahora la atención es solo de lunes a miércoles en las mañanas y se gestiona a través de la página web: http://www.fundacionhcgb.org/. Actualmente se trabaja en el establecimiento de relaciones interinstitucionales con otras bibliotecas del país.



La biblioteca era el estudio de González Batista. Ha tratado de conservar en su estado original. Incluso, sobre el escritorio reposa un libro del Padre Pío de Pietrelcina, muestra del fervor católico que siempre profesó. De niño asistía con su familia a misa en la hoy catedral Nuestra Señora de Coromoto en Punto Fijo. Al establecerse en Coro, se hizo tradición familiar asistir a misa a las siete de la mañana todos los domingos en la catedral.

Predestinado para la historia
Según la profesora Marifé González Batista, hermana del recordado académico, la pasión de su hermano por la historia le vino desde niño. “Sus juegos eran con galeones, sobre la conquista y llegó a ser un gran coleccionista de filatélica y numismática internacional, fue un hombre con una visión universal”.

Nacido en San Miguel de La Palma, archipiélago de Canarias, España, es traído por su familia a Venezuela cuando solo tenía cuatro años. Su infancia transcurrió en el sector Caja de Agua de Punto Fijo, donde estudió en el Colegio Cervantes. 

“Carlos, creo que como todos los niños odiaba ir al odontólogo, pero para compensar aquello, mi mamá le compraba un libro y los libros que él pedía eran sobre los museos del mundo. Desde esa edad empezó a conservar libros sobre historia del arte y de allí comenzó a relacionarse con la historia”, comenta emotiva la profesora Marifé.

Historiador Carlos González Batista 

El futuro historiador estudió bachillerato entre el Colegio San Francisco Javier y el Instituto Cardón. Tras iniciar estudios de ingeniería, de lo que sólo hizo el básico, inició la carrera de Historia, graduándose como profesional en el área en 1975. Fungió como profesor ordinario de la Universidad de Los Andes en Historia e Historia del Arte y a solicitud del doctor Tulio Arends, primer rector de la Universidad Francisco de Miranda, empieza a trabajar en Coro con el rescate de archivos del Estado Falcón.

Marifé González Batista 

“Todo lo que él creó e hizo, fue con dedicación y amor, puso su trabajo a la orden y mucha gente encontró respuestas sobre los orígenes de sus tierras. Siempre llenaba la información en fichas y anotaba en cualquier papel que encontraba. Podíamos estar horas y horas escuchando las historias a mi hermano porque las hacía muy amenas, muy agradables. Ahora como su legado ha quedado esta fundación, además él respiraba a través de estas paredes, y la historia fue y sigue siendo su vida”.