El doctor Jesús Salvador Hernández, urólogo egresado de la Universidad de los Andes con 10 años de experiencia profesional, explica los factores predisponentes para desarrollar cáncer de próstata; cómo evitar aquellos que son modificables y comenta sobre los estudios para diagnosticar la enfermedad, si es el caso.
LUIS AULAR LEAL
Fotos: Oniel Gómez
-¿Qué es la próstata?
- Es una glándula ubicada en la pelvis del hombre encargada de secretar sustancias que ayudan a la función reproductiva. Mide unos 2,5 centímetros en condiciones normales y pesa 20 gramos aproximadamente
- ¿Es muy frecuente es el cáncer de próstata?
- Afortunadamente no es tan frecuente. De los pacientes con patología prostática sólo el 10 % desarrollan cáncer de próstata. El 90 % restante padecen en su mayoría hiperplasia prostática benigna (HPB).
- ¿y qué es la hiperplasia prostática benigna (HPB)?
- Es el aumento del tamaño de la próstata, pero sin tener células malignas; es decir, no es un cáncer. Pero en algunos casos, en una pequeña parte de ellos -y que eso quede claro- pudiera evolucionar a un cáncer de próstata. Sin embargo, hay casos donde la glándula no aumenta de tamaño, pero de igual manera se genera cáncer. Por eso es necesario el chequeo regular del paciente.
-¿Cuáles son los síntomas más frecuentes del crecimiento prostático benigno?
- La persona manifiesta dificultad para orinar; disminución en el calibre y fuerza del chorro. Tiene que pararse en la noche varias veces, pues siente la necesidad de orinar. Pero existen otras enfermedades que podrían estar asociadas a estos síntomas como la diabetes o un proceso infeccioso, por lo cual hay que descartarlas primero antes de iniciar un tratamiento.
- ¿En qué consiste ese tratamiento?
- En la administración de medicamentos; unos para relajar el cuello de la vejiga y la porción proximal de la uretra. Eso ayudar a orinar al paciente. Otros inhiben la producción de testosterona que está relacionada con el crecimiento protático.
-¿Cuándo y con qué frecuencia debe asistir un paciente al urólogo?
- Todo hombre a partir de los 45 años debería asistir al menos una vez al año a la consulta para el examen prostático. Pero si su padre o algún hermano han tenido cáncer de próstata, se recomienda que venga a consulta a partir de los 40.
- ¿Qué le dice a aquellos pacientes que se niegan a ir consulta por reservas o miedo al tacto rectal?
- Que le pierdan miedo al tacto, porque el tacto no es el enemigo sino el cáncer. Es un procedimiento médico necesario, porque hasta hoy sigue siendo la manera más segura de detectar alguna irregularidad o cambio en la consistencia prostática.
-¿Y el antígeno prostático específico no puede sustituir al tacto?
- No. Es una herramienta que ayuda mucho, pero debe ir en conjunto con el examen físico y el tacto. Si el antígeno prostático específico (APE) está elevado hay mayor posibilidad de desarrollar cáncer de próstata. Pero no da un diagnóstico definitivo.
-¿Cuáles son los valores normales del APE?
- En una persona menor de 50 años el antígeno no debe pasar de 1 ng/ml, aunque no se ha detectado cáncer de próstata con antígeno por debajo de 2,5 ng/ml. Eso es importante porque muchos laboratorios tienen como referencia de valores normales los 4 ng/ml y existe un consenso mundial de las sociedades de urología que establecieron los 2,5ng/ml como el valor límite del antígeno, con más de eso, hay riesgo.
-¿Otros factores de riesgo para padecer cáncer de próstata?
- Ser mayor de 40 años, la raza; es más frecuente en la raza negra. Tener familiares que hayan padecido la enfermedad, consumir alimentos ricos en grasa origen animal y fumar cigarrillo entre otros.
- ¿Cómo se hace el diagnóstico definitivo?
- Con la biopsia, que consiste en tomar una muestra de tejido prostático y examinarlo en un laboratorio. Pero tanto los síntomas, como el examen físico ayudan mucho. La biopsia confirma el diagnóstico.
- ¿Cuándo se recomienda la extracción de la próstata?
- Cuando no funciona el tratamiento médico y la glándula está tan grande, que impide la micción del paciente, quien se obstruye con frecuencia. En la operación, que puede ser abdominal o laparoscópica se extrae la próstata y se deja la cápsula para facilitar la micción. Naturalmente, si hay un cáncer también se extrae la próstata su cápsula y todos los ganglios de la zona incluidos.