lunes, 25 de junio de 2018

Reparadas tumbas de la familia González

Días después de haberse realizado las experticias criminalísticas, la municipalidad ordenó reponer las lápidas destruidas por los profanadores

LUIS AULAR LEAL
Fotos: Randy Zavarce / Publicado en el diario El Falconiano el 22 de enero de 2016.
La falta de comunicación entre la policía científica y el organismo municipal encargado de administrar los cementerios en Punto Fijo había atrasado las reparaciones, pero finalmente se hicieron ayer. Las cinco tumbas del panteón de la familia González nuevamente cuentan con lápidas que protegen la parte de los restos que se salvó de los profanadores.

Hace dos meses y medio (noviembre de 2015) se descubrió la profanación de los sepulcros de don Rafael González Estaba, considerado el fundador de Punto Fijo; el de su esposa Leocadia Pulgar de González; sus hijos Tom y Eugenio y su nieta María Auxiliadora Arévalo González. Desconocidos se llevaron parte de las osamentas, no se sabe exactamente cuándo, quizás meses atrás, según los moradores del cementerio.

Por exigencias de la familia, el hecho no se hizo público, pero al atrasarse las investigaciones por más de un mes, cambiaron de opinión y decidieron autorizar la publicación del hecho, con el objetivo de exhortar a la policía científica a dar celeridad a las investigaciones y a la municipalidad a tomar cartas en el asunto.

En la edición del 29 de diciembre del diario El Falconiano se publicó la noticia. Al día siguiente, en presencia Rafael González Navarro (nieto de don Rafael) funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) subdelegación Punto Fijo realizaron las experticias de rigor, luego de las cuales el municipio quedaba facultado para reparar las tumbas. No obstante por falta de comunicación y materiales, el trabajo se pospuso hasta ayer cuando finalmente se hizo.

Las investigaciones
Fuentes del Cicpc dan pocas esperanzas de recuperar las osamentas robadas. El tiempo en el que sucedió la profanación no se conoce exactamente, pero se presume que fue hace varios meses; esto hace prácticamente imposible ubicar mayor evidencia criminalística para dar con los autores del delito y con el paradero de los restos.

Walter Perpetuini, encargado de la administración de los cementerios del municipio manifestó su pena por lo ocurrido y reiteró que se ha hecho una situación recurrente. Tan solo en 2015 al menos 60 tumbas (entre las que se encuentran las de los González fueron profanadas) y al cuantificar las de en años anteriores pasan de 400.

 Instantes en los que obreros de la Alcaldía de Carirubana reparan la tumba de don Rafael González

Los profanadores “entran en horas de la noche armados y escoltados por motorizados” a cometer sus fechorías. Esta es otra razón por la que nadie quiere trabajar como vigilante del cementerio. En relación con la reparación de las tumbas de la familia González, Perpetuini explicó que se hizo “tan pronto como fue posible, pues nos enteramos tarde de que el Cicpc ya había realizado su experticias”. Explica que otra de las razones del atraso fue la dificultad para conseguir cemento en la localidad.

Desagravio a la memoria de don Rafael y su familia
A pesar de que parte de las osamentas fueron robadas, aún quedaron restos. El Centro de Historia de Paraguaná planteó al municipio la necesidad de realizar un desagravio a la memoria de don Rafael y su familia, pues él fue la principal figura que trabajó para organizar la naciente Punto Fijo en la década de 1920 y en años posteriores, por lo que es considerado el fundador de la ciudad.

 Don Rafael González en sus tiempos de cronista de Punto Fijo en la sede del Concejo Municipal de Carirubana junto a un retrato del Libertador, por quien siempre manifestó profunda admiración y respeto; cuestión que plasmó en crónicas y artículos de prensa que aún se conservan

Además del noviazgo con la que luego fuera su esposa (Leocadia Pulgar) se originó el nombre de Punto Fijo. También fue el primer cronista municipal. En cuanto a Cornelio “Tom” y Eugenio “Ñeño” González, hijos de Rafael y Leocadia, fueron glorias del deporte falconiano. A Tom se le llegó a conocer como “el Señor Beisbol” por sus amplios conocimientos en las reglas de este deporte y fue por muchos años locutor oficial del Circuito Oficial de los Tiburones de La Guaira.

Por su parte Eugenio “Ñeño” González, llegó a jugar con Luis Aparicio, el único Hall de la Fama que hasta ahora tiene Venezuela. María Auxiliadora Arévalo González fue una destacada educadora. Por lo antes expuesto el Centro de Historia de Paraguaná ha sugerido al municipio colocar los restos que quedaron en un lugar de honor, con el propósito de dignificar la memoria de tan respetables ciudadanos y la identidad histórica de la ciudad.

La propuesta ha sido apoyada por el cronista de la ciudad, Guillermo de León Calles. Naturalmente, para esto se necesitará la autorización de los descendientes de don Rafael González.