o Ayer,
monseñor Leonardi habría cumplido 17 años como pastor de la Iglesia paraguanera
o Tras
su fallecimiento, se inició un complejo proceso para la elección del sucesor
o El
papa Francisco ha solicitado que los candidatos a obispo a nivel mundial sean
“más pastores que doctores y que estén en contacto con la gente”
o Cinco
diócesis vacantes a lo largo del país están antes que Punto Fijo
LUIS AULAR LEAL
Fotos: Yunio Lugo / Archivo
Tras la repentina enfermedad de
monseñor Leonardi a principios de año y la consecuente incapacidad para ejercer
el cargo, monseñor Rafael Bitter, como vicario judicial de la diócesis y
monseñor Roberto Lückert, en calidad de arzobispo metropolitano, solicitaron al
nuncio apostólico la designación de un administrador diocesano para Punto Fijo,
como lo establece el derecho canónico en tal situación.
El nuncio declaró a la Diócesis
de Punto Fijo como “sede impedida”, es decir, una diócesis donde el obispo no puede
ejercer su cargo (en este caso por motivos de salud) y designó a monseñor
Lückert como administrador apostólico, por ser el más cercano a la zona.
Padre Rafael Bitter, vicario general de la Diócesis de Punto Fijo
El 7 de junio de 2014, tras seis meses de
padecimiento, fallece monseñor Leonardi y se inicia el proceso de búsqueda del
nuevo obispo. Desde ese momento hasta la fecha, “hemos tratado de llevar todo
adelante y trabajar como siempre”, comenta monseñor Bitter.
Cómo se elige un obispo
Para conocer el avance de la
postulación y posterior elección del nuevo obispo de Paraguaná, se consultó a
monseñor Roberto Lückert León, quien ofreció detalles acerca de
este riguroso proceso de escogencia.
- Monseñor, ¿cómo se inicia la elección de un obispo?
-La primera etapa es la
presentación de un candidato en la conferencia episcopal, por parte de los
sacerdotes y laicos que asisten a ella. Será entonces la conferencia quien
apruebe o desapruebe. Si es aprobado, se envía el nombre a la Nunciatura Apostólica y comienza todo un proceso de investigación sobre el sacerdote, especialmente
en la diócesis a la que él pertenece.
- ¿En qué consiste ese proceso?
- Se le manda un cuestionario al
encargado de la diócesis, uno a los consultores, a otros sacerdotes y a laicos
que conozcan al postulado. Las respuestas de ese cuestionario las evalúa la Nunciatura Apostólica; recordemos que nuncio apostólico, en este caso monseñor
Aldo Giordano, es el representante directo del Santo Padre en Venezuela.
Si el sacerdote sale electo para
ser obispo, se envían sus datos a la Sagrada Congregación de los Obispos en
Roma, donde se estudia de nuevo el caso. Si es aprobado se lo prestan al Papa,
quien es el que tiene facultad para designarlo obispo de una diócesis
determinada; en este caso la de Punto Fijo. Pero hay un último paso, después de
todo eso se le presenta el nombre del candidato a obispo al presidente de la
República, quien debe dar el visto bueno.
- ¿Y por qué el Ejecutivo Nacional interviene en la elección del
obispo?
- Es un privilegio que ha
heredado el Jefe del Estado que viene incluso de la época colonial. Constituye
un vestigio del patronato eclesiástico, que en los últimos años ha sido una
formalidad, pues realmente en tiempo reciente ningún Presidente ha rechazado
el nombramiento de algún obispo en Venezuela.
- ¿Cuáles criterios se toman en cuenta en un candidato a obispo?
- Primero que tenga buena salud.
Que sea inteligente; que tenga una excelente conducta moral en la diócesis a la
cual pertenece, sin faltas a la moral ni a las buenas costumbres. Además, tiene
que ser un hombre piadoso; activamente pastoral, que haya cumplido con sus
obligaciones y que haya sido un excelente párroco. Se investiga incluso si el
postulado tiene algún tipo de tara familiar. Todo eso se examina.
- ¿Y en cuanto la preparación académica?
- Es muy importante, se le
pregunta si tiene títulos, postgrados, otras profesiones; si tiene experiencia
académica. Todo eso se valora, pero a veces más allá de lo académico se considera
su acción pastoral.
Hay diócesis que ocupan unas
zonas muy rurales, para las cuales no hace falta tener un título académico de
Roma, con tal que sea un santo pastor, es suficiente para ser obispo.
-¿Existe alguna exigencia particular del papa Francisco para la
elección de los obispos?
- El Santo Padre Francisco dijo a
los nuncios apostólicos cuando se reunió con ellos recién hecho Papa, que por
favor presentaran candidatos a obispos pastores y no doctores; que conozcan a
la gente, que visiten las parroquias; es decir que estén contacto con el
pueblo, para que puedan servirle mejor.
-¿En este momento hay algún candidato para la Diócesis de Punto Fijo?
- Todavía no. Pero sí para
algunas de las otras siete diócesis que están vacantes entre ellas Cumaná, Acarigua,
El Vigía, Tucupita, La Asunción, Valle La Pascua y otra que no recuerdo en este
momento.
- ¿Y la elección de los obispos es por orden?, y si es así ¿cuántas
están antes de la Diócesis de Punto Fijo?
- Por su puesto, es en orden, la
que tiene más tiempo de vacancia es la primera que tendrá obispo. Creo que
Paraguaná tiene cinco o seis diócesis por delante; en todas ellas el señor
nuncio ha ordenado una investigación general. Es un trabajo muy fatigoso, pues
tiene que hacer muchas consultas para elaborar el informe de los postulados y
enviarlos a Roma.
- ¿A su juicio cuáles son las principales fortalezas de la iglesia
paraguanera?
- Primero, es una diócesis muy
pequeña, a penas poco más de 3.000 kilómetros cuadrados lo que la hace fácil de
administrar. Tiene un excelente clero, la gente es muy piadosa, gracias a Dios.
Además los paraguaneros tienen un gran sentido de pertenencia con la península
y eso es muy importante para un obispo.
- ¿Su mensaje para los feligreses de la península?
- Que oren mucho al Espíritu
Santo y a nuestra madre María de Coromoto patrona de Punto Fijo para que venga
pronto el nuevo obispo.
Recordando a monseñor
Juan María Leonardi
El primer obispo de Punto Fijo,
trujillano, nacido en Boconó el 11 de febrero de 1947, supo ganarse el corazón
de la feligresía paraguanera durante 16 años y medio de ejercicio episcopal.
Los fieles lo recuerdan por su especial cordialidad, amistad y cariño, por lo
que su fallecimiento representó un duro golpe para el pueblo católico.
Hace exactamente un año, con
motivo del decimosexto aniversario de su toma de posesión como obispo, Juan
María Leonardi Villasmil dejaba ver su amor por Paraguaná y comentaba con
alegría los logros de la joven diócesis en una entrevista que concedió a este reportero. En homenaje al querido y recordado pastor de la iglesia paraguanera, se
vuelve a publicar parte de ese trabajo:
¿Cómo se siente hoy al cumplir 16 años como obispo de Punto Fijo?
-Yo quiero estar siempre en
Paraguaná. Claro, a veces la voluntad de la Iglesia es que uno vaya a otro
lado, pero si por mi fuera me quedara para siempre aquí. He entendido a
Paraguaná y he aprendido de su pueblo, de los hermanos uno aprende todos los
días.
-¿Cuáles eran los proyectos que se plantearon al crear la nueva diócesis?
- Hace 16 años cuando yo llegué
el propósito de la Iglesia era hacer de Paraguaná una diócesis misionera, y
siento que se empiezan a dar frutos en ese sentido. Hay grupos de fieles y
laicos que han asumido con responsabilidad la evangelización y eso de llena de
mucha alegría.
-¿Ha crecido la diócesis en estos 16 años?
-Yo creo que sí. Aunque por una
parte ha habido una especie de enfriamiento en algunos movimientos apostólicos,
pero la formación de los laicos, catequistas y fieles es más completa que en otras
épocas. Se nota un crecimiento en la formación de la gente que va adquiriendo
más conciencia de la cristiana. Hemos crecido más en calidad que en cantidad.
-Hoy existe un seminario mayor en Paraguaná, ¿es esa obra parte del
proyecto inicial de la diócesis?
-Claro, representa la
materialización de una de las metas trazadas. Es una semilla que va dando sus
primeros pasos y que poco a poco va dando frutos, y eso conduce hacia el plan
pastoral de contar con una diócesis misionera. Ya para el año próximo saldrán
misioneros de Paraguaná al continente africano.
-¿Cuál es su mensaje a los fieles de la diócesis?
-Quiero recodarles el slogan que
se manejó cuando se inició la diócesis: “El Papa fijó su mirada en Paraguaná”.
Hoy más bien digo que “Dios fijó su mirada en Paraguaná”, por lo que insto a
todos nuestros hermanos a que cada día estemos más conscientes en nuestra fe de
cristianos católicos. Les pido que cada día seamos más activos al escuchar y
vivir la palabra de Dios y sus sacramentos.