miércoles, 10 de septiembre de 2014

Pío Guadarrama, el paraguanero de los tres siglos


  • Enfermero, sanador, apasionado por la historia y fiel creyente en Dios

  • Afirma que una carta escrita por él contribuyó a evitar una guerra mundial

Entrevista realizada el 05 de mayo de 2013 en ocasión de su cumpleaños número 100 y publicada en el diario El Falconiano el 7 de mayo del mismo año. 

LUIS AULAR LEAL
Fotos: Yunio Lugo


Hay quienes lo llaman “El hombre de los tres siglos” pues fue educado con valores y costumbres del siglo XIX, vivió casi todo el siglo XX y hasta el momento lleva los primeros 13 años del siglo XXI. En la misma casa donde nació el 5 mayo de 1913, Pío se encontró rodeado el domingo por al menos 200 sobrinos de cinco o seis generaciones distintas, quienes llegaron a celebrar su centenario en La Palma de Jadacaquiva, en la península de Paraguaná.




Bautizado como Pío Guadalupe Guadarrama González y conocido simplemente como Pío, es común conseguirlo en cualquier parte: en Caja de Agua, en el centro de Punto Fijo o en la buseta de Jadacaquiva, siempre erguido y caminando a buen ritmo aún a sus cien años.

Por sus propios medios aprendió a leer, a estudiar historia y a filósofos clásicos como Sócrates y Aristóteles. El primer viaje fuera de Paraguaná lo hizo a los 14 años en un velero que salió de Adícora a Maracaibo. Cinco años después, tras sentir un dolor abdominal que él mismo catalogó como “apendicitis”, se trasladó a Caracas donde vivían unos familiares.

A los tres meses Pío fue hospitalizado con diagnóstico de peritonitis de muy mal pronóstico. “Estuve dos meses y medio en la Cruz Roja, el doctor se asombró de que me salvara. Cuando me dio de alta me preguntó: ¿Mire y para qué es usted bueno en el mundo? y yo le dije que para cuidar enfermos”. Y tuvo razón. A los tres años se trasladó al Zulia y comenzó su carrera de enfermero.



“El 2 de diciembre de 1937 empecé como enfermero en un hospital de Maracaibo, en Bella Vista, donde todo el personal, los médicos y enfermeras eran norteamericanos. Ahí estuve nueve meses. También trabajé 16 meses en el Hospital Municipal de Cabimas y después me vine a Paraguaná a cuidar enfermos, porque aquí no había quien lo hiciera”.

Ejerció la enfermería en todos los pueblos y caseríos de la península. “En 69 años cuidando enfermos ¡no se me murió ninguno!”. Es su récord personal. Más que enfermero pareciera ser un sanador del cuerpo y del espíritu.

“Este muerto se va a la Creole”
El caso del paciente Rómulo Chirinos fue uno de los más sorprendentes tratados por Pío. “En el año 1946 el doctor Antonio Diez, de la medicatura de Las Piedras, llamó de urgencia al doctor Rafael Gallardo para ver a un enfermo de tifus en Yabuquiva al que yo estaba cuidando. La gente tenía cuatro días yendo a la casa, pensando que encontrarían un velorio”.

“El Dr. Gallardo lo examinó y le dijo a los familiares que el enfermo expiraría en 12 horas. Después que se fueron los médicos yo les dije a los familiares: Este ‘muerto’ se va recuperar y va a trabajar a la Creole dentro de tres meses”. El paciente desahuciado no solo se recuperó y fue a trabajar a la refinería, sino que años después asistió al funeral del doctor Gallardo.




“Mi carta que salvó al mundo”
En 1987 Mijail Gorbachov declaró que Washington y New York serían un montón de cenizas. “Yo pensé que los Estados Unidos no eran mochos, que iban a responder y eso sería un desastre mundial”. Tal preocupación le hizo escribir una carta al entonces presidente norteamericano Ronald Reagan y al premier soviético. La noble acción que muchos calificarían de ingenua no se quedó ahí; se trasladó a Caracas y fue a entregar personalmente las cartas a las embajadas de EEUU y la URSS.

 Sorprendentemente lo recibieron y leyeron las cartas en las que un campesino llamado Pío Guadarrama, desde una distante península del Caribe, exigía la paz mundial a los líderes de la Guerra Fría. Este hecho inspiró el cortometraje “Mi carta que salvó al mundo”, ganador del Concurso de Cine Documental Caracas Filminuto 2012, el cual puede ser visto a través de esta dirección electrónica: http://vimeo.com/35996076.




-¿Pío, recuerda a sus padres?
-Claro, Domingo Guadarrama Valdez y María Laó González. Mi papá se casó con mi mamá cuando tuvo el último hijo; tuvieron 10, de los cuales soy el sexto.

-¿Qué come usted?
-Hasta los 19 años comí arepa pelada, leche de cabra, mazamorra de millo o de maíz. De ahí para acá lo que encontrara.

-¿Usted fuma o toma alcohol?
-Solo tomé licor en el matrimonio de mi primo hermano Luis Manuel González y cuando vino el primer chorro de agua a Paraguaná, que fue gestión mía y de un maestro de Carirubana llamado Luis Alberto Méndez.

-¿Qué es le gusta hacer?
-Tener una buena conversación con personas cultas.



-¿Ha sido político?
-He sido político, pero nunca he militado en ningún partido. He votado en todas las elecciones desde 1947 para acá. ¡Hay que votar siempre!


-¿Un consejo para vivir 100 años?
-Lo dijo Abraham Lincoln, no lo que digo yo: “Anda despacio y tendrás todo lo que quieras”.

-¿Su mensaje a los jóvenes?
-Que prediquen y pongan en práctica la inteligencia y las sanas intenciones.

-¿Qué pide para Paraguaná?
-Cultura, que no la tenemos. ¡Cultura, educación y buenas costumbres!, eso es lo que le hace falta a Paraguaná y a todo el mundo.