viernes, 19 de septiembre de 2014

Jesús Manaure: “Dios me hizo pintor”


LUIS AULAR LEAL
Fotos: Yunio Lugo

Es considerado por algunos como el mejor dibujante de Paraguaná. El artista, apasionado por Santa Ana y su mítica montaña, nos permitió entrar a su taller; mostró algunas de sus obras y quiso compartir con nuestros lectores, parte de su esencia creadora. 



Siempre ha pensado que el cerro Santa Ana al pie del cual nació, es un lugar lleno de energías milenarias y leyendas. Asegura que ese fue el motivo de inspiración para sus primeras obras y aún hoy cuando pasa los 70 años de edad, suele aventurarse por las laderas de la montaña, buscando los petroglifos grabados por los caquetíos ancestrales.



Inocencio de Jesús Manaure Pulgar, es el nombre de este pintor nacido en Misaray. Ganador de innumerables premios en Coro, Punto Fijo y el centro del país y conocido simplemente como “Chencho”, fue el primer galardonado con el Premio Municipal de Artes Plásticas otorgado por la Alcaldía de Carirubana y es reconocido como un maestro de las artes visuales por todos los artistas de Falcón.


“Aquí tengo algunos bocetos que hice cuando llegué a Caracas en 1956”, explica mientras levanta carpetas y cartulinas dispersas por su taller. “Fíjate por los menos en este, aquí está doña Lastenia Tello, la viuda de Arturo Michelena, quien quedó viuda muy joven con toda las obras de su marido, no tuvieron descendencia y terminó donando todo al Estado”.

El estudio del maestro está desordenado, con humildad ofrece disculpas por ello y moviéndose entre lienzos y bastidores continúa mostrando pinturas. Con especial alegría recuerda sus inicios en la Escuela de Arte Cristóbal Rojas de Caracas, cuando le tocó compartir promesas de la plástica nacional de la época, como Régulo Pérez y Mateo Manaure, ambos premios nacionales de pintura.


Comenta que en esa época se aventuró a hacer un breve viaje a Francia, “para cumplir con el sueño de todo pintor: conocer París”. Al regresar a Venezuela, hizo numerosas relaciones con agencias publicitarias de Caracas, con las que trabajó por muchos años. “He ganado más dinero con la publicidad que con la pintura, pero yo soy un artista; en la publicidad se plasma ingenio y creatividad, pero el arte además de eso, tiene alma”, comenta emocionado.


Sus obras de carboncillo, lápices, creyones, acuarelas, pasteles, acrílicos, óleos y los materiales que tenga a la mano, inmortalizan lo presente y vuelven a la vida existencias ancestrales. Los lienzos y dibujos de Manaure, dispersos por la geografía nacional y más allá de la frontera, son testimonio de su talento.


Durante décadas en nombre de “Chencho” Manaure ha sido y sigue siendo sinónimo de arte en Paraguaná. Hoy pasa el día su taller, entre sus pinturas y dibujos. Recibe a los visitantes y cada vez que le preguntan: “¿Dónde aprendió a pintar?”, responde: “Bueno yo nací con eso, porque Dios me hizo pintor”.


"Tenemos que buscar nuestros orígenes”

-La pintura...
-Mi canal para expresarme. Digo más pintando que hablando.


-¿Por qué esa pasión por el cerro San Ana y su historia?
-Porque de ahí venimos, tenemos que buscar nuestros orígenes.

-Usted propuso una vez que se hiciera un teleférico en el cerro Santa Ana, hoy el Concejo municipal plantea hacer un proyecto para esos fines, ¿qué opina de eso?
-Es cierto que lo propuse en algún momento, pero hoy ya no me parece adecuado, pues creo que se le podría hacer mucho daño al cerro y más bien hay que conservarlo.

Santos Joaquín y Ana, patronos de Santa Ana de Paraguaná

-¿Qué dice de aquellos que lo califican como el mejor dibujante de Paraguaná?
-Bueno, si ellos lo piensan así, es su criterio… y yo se los agradezco.

-¿Algún consejo a quienes se inician en la pintura?
-Primero quisiera conocerlos y felicitarlos, porque cada vez son menos los jóvenes que se interesan en la pintura. A ellos les digo que pinten de corazón, porque el arte tiene que ser puro y limpio, sino no es arte.


Fiestas Patronales de Santa Ana



Desnudos ( o mas bien desnudas)


 Bolívar Niño



Boceto basado en una fotografía tomada a Arturo Michelena (Izquierda) y Cristóbal Rojas (Derecha)



Escuela de Misaray 1948