- Sus obras han llevado el arte falconiano a Europa y Estados Unidos
- Vive con su esposa e hijos en el campo paraguanero
- Afirma que es necesario transmitir los valores de los abuelos a las nuevas generaciones
LUIS AULAR LEAL
Fotos: Silvio Chiquito
Publicado en el diario El Falconiano el 26 de mayo de 2013.
Pasando Buena Vista y antes de llegar a Pueblo Nuevo, está Los Guayacanes; hogar del pintor Henry Pino y su familia. Un gran portón de
madera pintado de amarillo, es la antesala a la exposición permanente de arte
religioso y costumbrista de este artista visual.
Nacido en Punto Fijo y habiendo ejercido la enfermería por
19 años, conoció a Ela su esposa y en 1996 decidieron crear este refugio con
la paz y la libertad del campo. Infinidad de plantas y el típico corral con gallinas se mezclan con la energía de los colores que irradian las obras de Pino. Plasma su obra principalmente sobre puertas y ventanas antiguas.
“Hago arte sobre la propia historia”
Explica el artista: “Cuando pinto en una puerta o ventana de
100 o 150 años, estoy haciendo mi labor creadora y al mismo tiempo rindiendo
tributo al artesano que hizo a esa puerta, porque estoy garantizando que se va
conservar tanto mi obra como la de él”.
Comenta Henry que las técnicas de la carpintería paraguanera
hasta hace 70 años eran las mismas desde tiempos coloniales; puertas y ventanas
eran armadas íntegramente con madera, ya que resultaba muy difícil conseguir
bisagras y clavos. A eso se le agrega la dificultad de trabajar las rústicas
maderas de la zona como el guayacán, cardón y cují, cuestión que otorga un
valor adicional a la pieza. “Es hacer arte sobre la propia historia”, asegura.
“Mi primera pieza se
fue a Francia”
Comenzó a pintar formalmente en 2002, cuando tenían un
pequeño restaurante y una modesta posada en Los Guayacanes. La Virgen del
Carmen pintada sobre una pequeña ventana de cardón, llamó la atención a unos
franceses que se alojaban en el lugar. Insistieron en comprarla sin que
estuviera a la venta, hasta convencer al autor.
De allí en adelante, comenzarían las exposiciones en Caracas
y diversas regiones del país. Advocaciones de la Virgen, fiestas patronales y
los santos de Pino han llegado a Holanda, Inglaterra, Francia, España y Estados
unidos, siendo estos tres últimos los destinos más frecuentes de sus piezas.
Hoy junto a su esposa e hijos realiza sus trabajos sobre
puertas y ventanas antiguas. Curiosamente su obra es más conocido en el
exterior que en la propia Paraguaná.
“Cristopher nació
aquí en la casa, yo atendí el parto”
Le atendió el segundo parto a su esposa. “Yo recibí a
Cristopher, le atendí el parto a Ela aquí en los Guayacanes, la casa que ella y
yo construimos con nuestras propias manos y creatividad, eso para mí es algo
único, un privilegio y doy gracias a Dios por ello”. Además de Cristopher, está
Patricia, la hija mayor, quien se parece más a Henry, según comenta él mismo.
“Paraguaná pasó de la alpargata al zapato patente”
Para Pino “es necesario que los valores de los abuelos se
transmitan a las generaciones más jóvenes. Con el petróleo Paraguaná pasó de la
alpargata al zapato patente de un solo golpe. Cuestión que trajo calidad de
vida, pero debemos preservar nuestra idiosincrasia”.
Un falconiano pinta y
cree en su tierra
-¿En qué se parecen
artes plásticas a la Enfermería?
- En ambas se admira la creación; al atender el parto de una
madre, se contempla la creación humana y con la pintura uno crea con los
colores.
-¿Por qué tu casa se
llama Los Guayacanes?
- Porque mi abuela era de un lugar en Jadacaquiva llamado
así.
-¿Cómo fue la
elección de este sitio para vivir?
- Creo que estaba predestinado para nosotros; esta zona es
muy sabrosa, es muy fresca, mágica.
- ¿La pintura?
- Nos permite plasmar nuestra forma de ser y pensar a
través del color.
- ¿Quién es Ela para ti?
- Mi compañera, mi amante, la madre de mis hijos, mi mano
derecha y la que hace los cheques…
- ¿Lo más valioso que
tiene Paraguaná?
-Su gente y la idiosincrasia heredada de los abuelos.
- ¿Y qué le hace
falta?
- Empeño, voluntad y trabajo… las cosas no se hacen solas…