- La obra del insigne académico marcó hito en la investigación patrimonial de la región dejando un legado que perdurará por generaciones
LUIS AULAR LEAL
Fotos: Fernando Acosta y Yunio
Lugo
Publicado en el diario El Falconiano el 27 de enero de 2014.
“La historia, por antigua que sea
su lección o argumento, es siempre historia del presente. Para estar vivo es
necesario recordar…”. Con esas palabras comienza su libro Historia de
Paraguaná el profesor Carlos González Batista, texto de obligatoria consulta
para todo aquel que desee conocer sobre el pasado de la península con base académica. Ese trabajo, es uno de los más conocidos del González y
representa como él mismo escribió “un intento de comprensión y arraigo”, para
intentar comprender el entorno y la herencia de siglos.
Aunque nació en la isla de La
Palma, archipiélago de Canarias, España, a los cinco años llegó a Punto Fijo,
específicamente a la comunidad de Caja de Agua. Su mente inquieta y curiosa, lo
llevó a investigar sobre la tierra a donde había llegado; sus raíces, orígenes,
el por qué las cosas y el gentilicio local.
Se apasionó por hurgarle el alma a Paraguaná y Coro, hasta aceptarlos como su verdadera tierra, a la que logró entender y querer como pocos lo han hecho, de acuerdo a numerosos testimonios y a su extenso trabajo académico.
Se apasionó por hurgarle el alma a Paraguaná y Coro, hasta aceptarlos como su verdadera tierra, a la que logró entender y querer como pocos lo han hecho, de acuerdo a numerosos testimonios y a su extenso trabajo académico.
Decidió estudiar Historia en la
Universidad de Los Andes, institución de donde egresó como licenciado en
esta carrera en 1976, que ejercería el resto de su vida. En su esmerado
empeño por descifrar el pasado, investigó sobre los orígenes,
evolución, arquitectura y relaciones socioeconómicas de la región desde tiempos
precolombinos hasta el siglo XX.
La huella del investigador
A solicitud del doctor Tulio
Arens, primer rector de la Universidad Nacional Experimental Francisco de
Miranda (Unefm), el profesor González Batista dejó su trabajo como docente de
Historia del Arte en la Universidad de Los Andes para venir a Falcón a
organizar los archivos del registro de Coro, que terminarían por ser el Archivo
Histórico del Estado Falcón, del cual se convirtió en su director fundador. A
partir de ese instante profundizará sus investigaciones sobre la historia
regional.
Entre sus publicaciones resaltan: Paraguaná, trabajo en el que junto al arquitecto Graziano Gasparini y Luise
Margolies describieron la mezcla entre arquitecturas holandesa y española en
las casas de hato de la península. También figuran los trabajos La casa de las
ventanas de hierro, El balcón de Bolívar, Historia y significación
arquitectónica, En torno a la fundación de Coro y sus santos patronos,
“Tierras de Falcón. Paraguaná y Agosto de 1806. Miranda en Coro.
Fue defensor incondicional del
Museo Arquidiocesano Lucas Guillermo Castillo, según lo comenta la señora Mildred de
Jiménez, quien por muchos años dirigió la institución, “hablar del museo es
hablar del amor de Carlos hacia él, pues la conservación de esta obra fundada
por monseñor Iturriza siempre fue una de sus prioridades”. González escribió una
serie de publicaciones sobre la historia del museo e historia regional,
denominados “Los Cuadernos del Museo”.
“El tiempo pasa muy rápido, tanto que uno apenas se da cuenta”
Carlos González Batista se dedicó
hasta el final de su vida a la investigación. Muchas veces expresó gran pesar
porque sus observaciones y llamados de atención con respecto a la conservación
del patrimonio de Coro no eran tomados en cuenta debidamente por las
autoridades. Para muchos de sus allegados eso hizo que se retirara a vivir en
la casa que perteneció al doctor Víctor Raúl Soto, ubicada en la calle Zamora de
la capital falconiana justo frente a la Casa de las Ventanas de Hierro.
Hace algunos meses tuvo la
gentileza de recibir a un equipo del diario EL FALCONIANO. Reiteró su
preocupación por el patrimonio y valoró como muy positiva la iniciativa de
haber creado un pequeño museo de arte religioso en Jadacaquiva.
En esa oportunidad, pidió que por favor no le tomasen fotografías y se respetó su decisión, por lo que las publicadas en este trabajo son cortesía de Fernando Acosta, reportero gráfico de la Unefm.
En esa oportunidad, pidió que por favor no le tomasen fotografías y se respetó su decisión, por lo que las publicadas en este trabajo son cortesía de Fernando Acosta, reportero gráfico de la Unefm.
Aunque para muchos estaba
“aislado”, Carlos González Batista permanecía al día con las noticias
publicadas en los medios nacionales y locales. Cuando nos recibió en su casa,
era imposible imaginar que fallecería a los pocos meses. En ese instante, comentó
estar trabajando en un libro sobre la época federal y que por lo tanto disponía
de “muy poco tiempo”, a lo que agregó: “Ocurre que el tiempo pasa muy rápido,
tanto que uno apenas se da cuenta, por eso, hay que aprovecharlo al máximo”. Y
así lo hizo.
Fotografía de la biblioteca del profesor González Batista