jueves, 12 de mayo de 2016

Paulina Gamus: “Al final el pueblo siempre rechaza todo autoritarismo”



  • La recordada dirigente socialdemócrata relató su testimonio del derrocamiento del general Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958 y estableció algunas analogías con la realidad actual de Venezuela

LUIS AULAR LEAL
Fotos: Archivo
Para el momento apenas era simpatizante de Acción Democrática, partido del que llegaría a ser la principal figura femenina. El 23 de enero de 1958 la entonces estudiante de cuarto año de Derecho se recuperaba de una peritonitis y tenía una niña de siete meses. Ese día en Caracas, Paulina Gamus fue testigo del fin de una década de gobierno militar; instante que marcó el comienzo de la democracia representativa.

Hace poco más de tres años publicó un libro titulado Permítanme contarles, donde con un agudo sentido del humor y fuerte autocrítica hacia su partido, ofrece detalles íntimos de la política venezolana.

En la presente entrevista contó algo que no aparece con muchos detalles en su libro, sus impresiones sobre aquel enero de 1958 y la caída de Pérez Jiménez.

- ¿Cómo recuerda el 23 de enero de 1958?
- Recuerdo ese día y los días previos. Había mucha tensión y un marcado rechazo a la dictadura por la represión y ausencia de libertades que la caracterizó. Se acordó una huelga general el 21 de enero; empresas, negocios y sindicatos se sumaron al paro general.

Al mediodía sonaron las sirenas de las fábricas como medida de protesta, pero apenas salieron a manifestar unas 40 personas a las que rápidamente detuvo la Seguridad Nacional. La tensión terminó la madrugada del 23 de enero a las 2:00 o 3:00 a.m., por unos vecinos supimos que Pérez Jiménez había huido. Fue un día de emociones, la gente salió con banderas a la calle con banderas nacionales.


Miles de personas celebraban el fin de la dictadura. Pero todo eso venía desde el 1 de enero cuando ocurrió la intentona del coronel Hugo Trejo, ya hasta los militares rechazaban la dictadura.

 ¿Tuvo algo positivo la década militar?
- Hubo bonanza económica, trabajo, no había inflación y había seguridad personal; se construyeron edificios, autopistas y la cadena de hoteles, por eso la gente soportó 10 años la dictadura de Pérez Jiménez, porque aunque no había libertades, sí existía un buen nivel de vida.

Por ejemplo, los ladrones y rateros eran escasos y aquel al que atrapaban la pasaba muy mal… pero la gente se cansó no de las cosas buenas; sino del autoritarismo, esos gobernantes que se empeñan en eternizarse en el poder y reprimen, tarde o temprano son rechazados por el pueblo y caen.

- ¿Cómo fue la participación de Acción Democrática en la Junta Patriótica?
- Fue decisiva, aunque buena parte de los dirigentes adecos estaban presos, en el exilio y otros había sido asesinados por la dictadura como Leonardo Ruiz Pineda. Se logró la alianza con URD y el Partido Comunista. Copei también tuvo su representación con Enrique Aristigueta Grand.

El asesinato del abogado Leonardo Ruiz Pineda demostró la verdadera represión de la dictadura 

Todos se unieron para lograr recuperar la democracia. Eso tendría influencia después cuando se creó el Pacto de Punto Fijo que logró consolidar por muchos años el sistema democrático. Inicialmente el PCV se montó en el autobús de la democracia, hoy está en el de la dictadura.

-Se ha dicho que el único partido que pudo medianamente convivir con la dictadura fue Copei, ¿eso fue cierto?
- No tanto. Ciertamente no hubo tantos copeyanos presos como adecos o comunistas, pero el doctor Caldera, que fue mi profesor en la UCV en una oportunidad fue objeto de un atentado; le lanzaron una granada a su casa, todo porque Pedro Estrada, el jefe de la Seguridad Nacional se estaba divorciando porque se quería casar con una nueva compañera sentimental y Caldera era el abogado de la que para ese momento era su esposa.

-En entrevistas posteriores a su derrocamiento, Pérez Jiménez aseguraba desde Madrid que a él “no lo habían tumbado”, sino que los venezolanos y especialmente los militares no entendieron el Nuevo Ideal Nacional. ¿Qué opina de tal aseveración?
- Si lo entendieron o no lo entendieron no sé, yo creo que a ciencia cierta nadie lo entendió porque fue una cosa para justificar un nacionalismo autoritario como el socialismo del siglo XXI. Lo que sí es seguro es que perdió el apoyo de los militares y por eso lo derrocaron. El pero el rechazo civil tenía años.

 Manifestantes queman carros de la Seguridad Nacional el 23 de enero de 1958

- ¿Hay algo rescatable del nacionalismo de Pérez Jiménez?
- Yo detesto el nacionalismo de los dictadores. Ese tipo de nacionalismo es el que obliga a marchar desde los niños que están en la escuela primaria y hasta los ministerios; es condenable y vergonzoso y en alguna oportunidad el chavismo quiso hacer algo parecido, pero fue una caricatura.

-¿Se parecen en algo Pérez Jiménez y Hugo Chávez?
- Toda dictadura, tanto de izquierda como de derecha son represivas y condenables, solo que la derecha al menos construye, como es el caso de Pérez Jiménez y en cambio Chávez se ocupó de destruir al país.

- ¿Está vivo el espíritu del 23 de enero?
- No es exactamente igual, pero de alguna manera se manifestó el 6 de diciembre cuando 18 fuerzas políticas hicieron a un lado sus intereses particulares y se unieron para recuperar la democracia.